En nuestro México cada semana tenemos nuevas sorpresas, que mucho nos preocupan a quienes consideramos que el camino seguido por nuestras autoridades no es precisamente el que fomenta la unidad nacional, el trabajo eficiente, ni la atracción de inversiones que generan desarrollo y empleos. Hasta ahora, no vemos en el horizonte cercano acciones de gobierno serias que erradiquen la violencia, la corrupción y la impunidad que padecemos.

Por el contrario, nos intranquiliza que las autoridades no hayan notado que la economía va en picada, al igual que la creación de empleos; mientras que la única que sigue al alza es la violencia generalizada.

Por eso vemos con preocupación cómo poco a poco el Poder Ejecutivo va minando la fuerza de los otros dos poderes, los cuales fueron creados para mantener el equilibrio institucional del Gobierno de la República. Esto de ninguna manera es sano para el país.

El Ejecutivo consigue mayor poder ubicando en cargos relevantes de los poderes Legislativo y Judicial a sus aliados e incondicionales. Pone a quienes van a velar por los intereses del partido triunfador, no precisamente a cuidar los intereses de la ciudadanía.

Ya controla el Ejecutivo Federal la Cámara de Diputados y tiene mayoría simple en la Cámara de Senadores, misma que puede volverse mayoría calificada con los votos agregados de los partidos satélites, quienes en situaciones críticas, por pura conveniencia se alían a MORENA.

El presidente ha logrado así imponer en los organismos autónomos a personas que no brillan precisamente por sus conocimientos y preparación, sino que frecuentemente llegan ahí por su filiación partidista; para apoyar incondicionalmente al presidente en lo que él les solicite.

El escándalo generado antier en la Cámara de Senadores fue mayúsculo, porque circula profusamente la versión de que se hizo trampa en la votación para imponer a la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la señora Rosario Piedra Ibarra.

Dado que los gobiernos son los principales violadores de los derechos humanos, se requiere que la CNDH la encabece alguien que tenga los conocimientos jurídicos suficientes y la autoridad moral necesaria para desempeñar con eficacia el cargo; pero además, que tenga una total libertad e independencia del gobierno, para que su actuación sea imparcial y apartidista.

¿Cómo va a ser imparcial y apartidista alguien que está afiliada a MORENA, quien fue candidata a diputada por ese partido y quien además tiene una estrecha amistad con el presidente?

Dicha señora junto con su madre han sido activistas de izquierda buena parte de su vida. Han tratado durante años de localizar a Jesús Ibarra Piedra, desaparecido en México desde hace varias décadas.

Dicho individuo no era un santo varón. Pertenecía a la Liga Comunista 23 de Septiembre, organización guerrillera que asaltaba bancos, secuestraba y asesinaba personas, porque trataba por medios violentos de conseguir fondos para financiar su guerrilla e instalar el comunismo en México.

Dicha liga asesinó a los líderes empresariales de la talla de Don Eugenio Garza Sada y de Fernando Aranguren Castiello. Este último de solo 37 años de edad y con un futuro prometedor.

Como resultado de las fechorías cometidas por ese grupo, posiblemente alguien desapareció al guerrillero.

Yo me pregunto: ¿Cómo es que los padres de quienes buscan un cambio violento se sorprenden de lo que les sucede a sus hijos?. ¿No estuvieron ellos a tiempo para decirles que a través de la violencia poco o nada puede conseguirse y que con su actuación terminaban causando dolor y llanto a las familias de quienes resultaban secuestrados, extorsionados o asesinados?.

El que los familiares de los guerrilleros se lamenten de lo que les pasó a algunos de ellos, es entendible y humano. Pero también es preciso aclarar que esos guerrilleros no eran unas blancas palomas: mataron, robaron y secuestraron a quienes vieron truncados sus sueños, sus esperanzas y su vida. A quienes como Fernando Aranguren tenían hijos pequeños que de repente se quedaron huérfanos de padre.

Tampoco debe de pasarse por alto el enorme dolor que causaron con sus acciones a los familiares de quienes perdieron la vida en manos de estos “luchadores sociales”, violentos rencorosos y envidiosos. ¿A poco los derechos humanos son solo para los delincuentes?. ¿Y los derechos humanos de las víctimas de los violentos, dónde quedaron?

Los guerrilleros segaron la vida de personas de bien, útiles a la sociedad.

Me recuerda esto el caso de los normalistas de Ayotzinapa que están desaparecidos. Sus padres no los reprendieron a tiempo, cuando sabían que se dedicaban a secuestrar camiones, quemar gasolineras, tomar casetas de cobro y robarse impunemente camiones cargados de mercancía.

Ahora, esos padres de familia se manifiestan y protestan porque no los encuentran. ¿Si ya sabían en lo que estaban metidos sus hijos, para que se hacen los sorprendidos?. ¿Por qué no los frenaron a tiempo para que cambiaran de actitud?. Tal vez aún estarían vivos si hubieran dejado la violencia. Por lo tanto, al no reprenderlos ni ubicarlos, los padres de esos jóvenes son indirectamente corresponsables de los que les haya pasado. Aclaro que la muerte de cualquier ser humano es siempre lamentable.

Retomando la idea original, la señora Rosario Piedra Ibarra ha sido premiada con un cargo público por sus méritos partidistas e ideológicos.

¿Que pensarán los familiares de quienes resultaron afectados por las acciones violentas de su hermano?

¿Los irá a atender la señora Piedra si se presentan a decirle que su hermano junto con otros integrantes de la Liga comunista 23 de Septiembre violaron el sagrado derecho a la vida de quienes fueron cobardemente asesinados?

Seguimos con el mundo al revés. Ahora los violentos son reconocidos y en cambio, los pacíficos, los que generan empleos, los que ayudan con su talento y esfuerzo a construir un país mejor, están olvidados y muertos. ¡Seguimos con el mundo al revés!

¿No les parece a Ustedes?

Buen fin de semana.