Por Vicente Bello
Columna: Tren Parlamentario
Los tataranietos de Maximiliano de Habsburgo
2019-10-10 | 11:07:28

 


En la comparecencia de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ante el Pleno de la Cámara de Diputados, una intervención de Gerardo Fernández Noroña volvió a poner de manifiesto que éste es el enemigo número Uno del PAN en San Lázaro, a quien los panistas no tragan ni con aceite. 


Comenzó Fernández Noroña su intervención ante Sánchez Cordero, en representación del PT: “Para mí es motivo de orgullo que hoy no tenga que confrontar a un secretario de Gobernación, como en los tiempos del ‘comandante Borolas’, que usurpó la Presidencia, sino esté aquí una compañera, secretaria de Gobernación, una mujer honorable, una mujer de principios, una mujer decente, una mujer comprometida, que sirvió primero en la Suprema Corte de Justicia, como ministra, con integridad absoluta y que hoy tiene nada menos que la responsabilidad de la política interior del país”.


Qué lo van a tragar, si todavía el panismo sufre y suspira cuando le tocan a Felipe Calderón, transfigurado hace no mucho en el “tomandante borolas”, en alusión a su alcoholismo infame y a su caricaturesco protagonismo como jefe supremo del Ejército -en aquellos tiempos de la Presidencia usurpada- sólo comparable con la imagen apachurrada de un recluta.


Continuaba Fernández Noroña: “El compañero presidente confió en una mujer para encabezar esta responsabilidad, una mujer excepcional, una mujer que ama a nuestra patria”.


“La mitad del gabinete es de mujeres, y nos dice Acción Nacional que no se respeta a las minorías, y con poco más de 70 diputados apoyamos que una mujer, la compañera Laura Rojas, encabece la Cámara de Diputados, el Senado lo encabeza también una mujer”. Adriana anda en otro lado, me dicen ¿no?


“Y plantean una serie de cosas aquí –si quieren abrimos ese debate, compañeros, compañeras– está la comparecencia de la secretaria de Gobernación, les pido respeto a la comparecencia y les pido respeto a la secretaria, y cuando quieran debatimos”.


Estaba el Bronx panista que se lo cargaba la chingada de coraje. Y seguía Noroña: “Dicen que somos una mayoría ficticia, 53% de los votos tuvo el compañero presidente López Obrador, más de 30 millones de votos. Aquí tenemos mayoría casi calificada, en la Cámara de Diputados, gracias al respaldo del pueblo de México, también mitad mujeres”.


“Aquí hay hombres y mujeres surgidos del corazón del pueblo que apoyan con todo al compañero presidente López Obrador. No, no levantamos el dedo, no se equivoquen, diputados y diputadas de Acción Nacional. Nosotros vamos a apoyar siempre al gobierno del compañero presidente López Obrador de manera firme, permanente, tenaz, definitiva porque eso... Diputada presidenta, le pido que a su fracción la ponga en orden”.


Había desquiciado ya Noroña a la diputación panista, que le gritaba sandez y media. Y al juego de la bancada panista entraba Laura Rojas, la presidenta de la mesa: “Le pido que se apegue al tema”, decía a Noroña.


Fernández Noroña dijo a Laura: “Primero, estoy hablando del tema. Le pido que no me interrumpa y que no me reconvenga, porque no tiene ninguna facultad”.


Reviraba Laura Rojas: “Entre mis facultades está hacer mociones de apego al orden, que hago una moción de orden al pleno para que se permita al diputado Noroña continuar con su intervención, y también hago una moción de apego al tema, al diputado Noroña, para que haga la pregunta de su grupo parlamentario a la secretaria de Gobernación”.


Parece que le untaron chile a Gerardo en… Y respingó: “Es el posicionamiento del tema, diputada presidenta. Estoy en el tema, estoy respondiendo a los cuestionamientos que hizo Acción Nacional incorrectamente y usted, una vez más, facciosamente interviene en favor de su fracción, que tiene un rato interrumpiéndome y usted no la pone en orden. Actúe con institucionalidad, diputada presidenta. Somos pares y me merece respeto y le exijo lo mismo”.


Pidió Laura a Gerardo que continuase. Y continuó: “(Criticaba el PAN que AMLO hablaba) desde el púlpito del Palacio Nacional. No, quienes hacían gobiernos confesionales era Acción Nacional. Carlos Abascal, como secretario de Gobernación (en el sexenio de Fox), tenía un Cristo atrás, en la pared, donde despachaba, olvidándose del Estado laico. Nuestra compañera secretaria de Gobernación, es absolutamente respetuosa del Estado laico, y nuestro gobierno lo es de manera absoluta, nos reivindicamos herederos de los liberales del siglo XIX como ustedes son herederos de los conservadores del siglo XIX. Su abuelito o tatarabuelito era Maximiliano de Habsburgo.


“Muy hipócrita la oposición, como siempre, planteando el problema de la migración de centroamericanos donde han promovido el racismo y la xenofobia y han promovido que se cierren las fronteras, y ahora que hay una actitud institucional y responsable de la Secretaría de Gobernación en el tema, ahora se van al lado contrario haciéndonos imputaciones inaceptables e insostenibles”.


Aullaba el panismo. Laura Rojas exigía a Gerardo que ya concluyera. Y Gerardo concluyó así: “Yo quiero terminar diciendo que Acción Nacional siempre es igual, quiere debate y siempre grita desde las curules. No tienen ni moral ni principios ni argumentos ni seriedad. Son hipócritas y de doble moral. Son vendepatrias y son traidores al pueblo. Nuestro gobierno no lo es”.


“Nuestro gobierno es un gobierno de mujeres y hombres patriotas comprometidos con su pueblo, y cierro. El 15 de septiembre vimos la comunión del pueblo con su líder. Un extraordinario grito de Independencia que por primera vez el pueblo reivindicó como propio acompañando al compañero presidente López Obrador. Estoy muy orgulloso de ser parte de este movimiento y todo nuestro respaldo”.


Muy dolido, sigue el panismo.

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