Parece que al Secretario de Gobierno, Erick Cisneros Burgos le ha funcionado bajarle a la gustada aparición mediática y en cambio, busca rendir más resultados con hechos.
Y aparecer, así, solo cuando realmente es necesario o la situación lo amerita. Por ejemplo, después de varios días de no hacerlo, esta semana, en forma contundente, declaró que el exfiscal, Jorge Winckler era un delincuente, porque además de retener las órdenes de captura, las cobraba como en el crimen se hace con las “cuotas de piso”, para brindar protección a los inculpados y no darles cárcel.
Lo cierto es que en su postura de excesivamente mediático al principio del año, apenas se instaló Morena en el gobierno de Veracruz, Cisneros Burgos saltó al redil, como toro de lidia al ruedo. Y sin ton ni son, ni freno alguno, hablaba de todo un poco, de esto y aquello, frente a cualquier reflector.
Y si es que algunos asesores se atrevieron a hacérselo sentir, parece que el oriundo de Otatitlán los empezó a escuchar y atendió las observaciones, pero sobre todo, se notó a partir del primer bimestre del año luego que fue severamente criticado porque le quitaba reflectores al gobernador, incluso se llegó a hablar de una posible competencia interna que debió ser acallada en el mes de febrero cuando Cuitláhuac García dijo: «Se van a quedar con las ganas los detractores. Falso que el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, haya presentado su renuncia al Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García».
Cisneros prefirió entonces guardarse y dedicarse a lo que le corresponde a un secretario de Gobierno. Procurar la situación interna de un estado, velar por la estabilidad política y tejer acuerdos entre los actores políticos. Al menos así se nota.
Para nadie es secreto que es desde ese cargo donde en cada sexenio se ejerce el poder, y precisamente porque el objetivo es mantener la paz y controlar los impulsos reaccionarios de organizaciones y actores de la política de una entidad. Tal parece que así lo hizo.
En este espacio se dio cuenta, semanas atrás, de que Cisneros tenía cuatro encomiendas principales, y a las que había echado todo el peso de su encargo.
Primero, lograr la desaparición de los poderes en Mixtla de Altamirano; segundo, la suspensión de Jorge Winckler de la Fiscalía; tercero, sacar sin aspavientos al o a la nueva titular del Orfis, una vez llegado el momento y, cuarto; podría decirse aún pendiente, la elección y designación de Magistrados para las vacantes en el Poder Judicial de Veracruz.
Del cuádruple reto a la fecha, una vez que este jueves se designó a la titular del Orfis, como en el beisbol se llevan tres de tres.
Y como no, el poder político que le confiere la secretaría de Gobierno y aún con el respeto que puedan argumentar que se profesa al resto de los poderes, parece que empezó a ser dirigido con precisión.
Casual o curiosamente, se dio una extraña visita a palacio de Gobierno, entre otras, de una diputada local priista, apenas semanas antes que iniciaran los movimientos sísmicos del escenario político y judicial en Veracruz
Según las versiones, la legisladora Erika Ayala, habría pedido paz cuando entre otras bellezas, se le descubrieron los 214 aviadores que tenía protegidos bajo su manto sindical como dirigente del Sindicato Único Independiente de Trabajadores del Coabev.
El caso más escandaloso fue el de su hijo Bryan Alexis Juncal Ayala que a pesar de su corta edad, estaba en nómina con un sueldo como profesor categoría A, de 27 mil 500 pesos al mes.
Casualmente las denuncias en su contra se frenaron. Ya el secretario de Educación, Zenyazen Escobar no siguió con el escándalo, y a pesar de amagar con denuncias no lo hizo, en otra más de sus mentiras, pues jamás informó de la acción de dar de baja a los “aviadores” de tan abultada nómina.
Y a cambio, en una de sus apariciones en palacio de Gobierno, cuentan que en la oficina del dos del Poder Ejecutivo se le leyó la cartilla.
Así, con la cartilla en la mano, la diputada del tricolor salió a compartirla con sus amigos de bancada y otros legisladores más.
Y a reafirmar que en los tiempos venideros, es decir las siguientes semanas, había que entrarle y cumplir con los cuatro grandes acuerdos, claro, por el bien de Veracruz:
Esta vez, la operación para sacar a la nueva titular del Orfis, Delia González Cobos fue evidente. Tanto que los panistas votaron a favor en el Congreso Local, pero además, ni entre los de su misma bancada, como Enrique Cambranis, podían creer lo que estaba pasando. “Es muy extraño”, repitió una y otra vez.
¡Y que si no!. Hasta los recalcitrantes opositores como Bingen Rementería, el coordinador de la Bancada, Sergio Hernández, excepción de María Josefina Gamboa que no asistió, todos los de Acción Nacional lo hicieron a favor de Delia González.
Los del PAN, emitieron su voto pues, sin chistar.
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