Una hora después del cierre de la jornada electoral interna del Partido Acción Nacional comenzaron a circular los resultados de algunas regiones del estado, y la especulación comenzó a generar en torno al triunfador este domingo de esta repetida contienda, por instrucciones del Poder Judicial en materia electoral del país.
El ejercicio para renovar la dirigencia estatal ya venía contaminado. Y aunque la dirigencia de José de Jesús Mancha Alarcón se fue al máximo de las instancias que califican los comicios, no tuvo respuesta favorable, pues las evidencias mostradas por el equipo de Joaquín Rosendo Guzmán, surtieron efecto y quedó nula su elección.
Aquí el tema al margen del ganador, cuando la tendencia fue favorecedora para Joaquín Guzmán desde un inicio, y se declaró así, alrededor de las nueve y media de la noche, es que otra vez se presentaron las mismas prácticas. Y si el perdedor es José Mancha no queda más que decir que fueron sus grupos afines y sus incondicionales los que cavaron su propia tumba.
Y es que de todo lo acontecido, lo peor fue el golpe a la endeble democracia del partido albiazul, pues ahora sobresalieron del lado de los manchistas las anomalías una vez más. Y ahí están los resultados. Anoche mismo ya se hablaba de más de mil votos la diferencia.
La elección interna, pues quedó sumergida entre acusaciones de compra de votos, coacción, manipuleo y hasta la confrontación entre grupos de choques de ambos bandos. Hace muchos años que el PAN no llegaba a esos extremos, sin duda.
En medio todo estas irregularidades y las mutuas acusaciones entre los protagonistas comenzaron a fluir los números para tal o cual planilla. En la zona centro Orizaba, Fortín de a las Flores, Córdoba, eran para el candidato del clan de los Yunes, y en el poder, “Pepe” Mancha.
De igual forma Cosamaloapan, lo tenía a su favor. El Sureste estaba en manos de Joaquín Guzmán, al igual que buena parte del Norte del estado.
Alrededor de las ocho de la noche, según sus conteos preliminares, le daban a “Pepe” Mancha cierta delantera, para finalmente se revirtió y el Norte fue implacable para darle el triunfo a Joaquín Rosendo.
Pero todo esto no queda más que en un comportamiento normal de la secuencia numérica de una elección, sea cual sea, que se realice bajo el método de urnas, lo que la hace diferente, es la contaminación que inunda al proceso, con las mismas prácticas que en las elecciones entre partidos.
Acarreo, compra de votos, amenazas, coacción, y denuncias por estos hechos antes de terminar la elección, fueron las características de una desaseada jornada.
OPERADORES SE EMPLEARON A FONDO
Uno de los mayores ejemplos de que se lanzaron con renovados bríos los seguidores del grupo de Guzmán Avilés, fue en el distrito de Medellín, puesto que en contra tiene que geográficamente es el compacto bastión de los Yunes, que por obvias razones, no solo no perdieron, sino cacharon la mayor parte de la militancia para dar la batalla tan cerrada a favor de su candidato, José de Jesús Mancha.
Y es en esta zona, donde los operadores funcionaron y le imprimieron el acelerador. Así, el alcalde de ese municipio, Polo Deschamps, uno de los que estaban jugando con determinación para el de Tantoyuca demostró la operación exitosa al ganar esta ocasión en el distrito con una diferencia de 210 votos, mientras que en la pasada elección apenas fueron siete sufragios a favor de Guzmán Avilés.
El resultado hasta las nueve de la noche, en este distrito doblemente complicado, por la cercanía con el bastión yunista, era de 545 a favor de Guzmán por 335 para Mancha. Así, los números hablaron de lo que tanto se ha dicho, el hartazgo contra la franquicia familiar en que se había convertido ese partido.
MUY EN CORTO
DUARTE. SABOR AL CALDO. Un día antes, y como reguero de pólvora, circuló la columna del exgobernador, Javier Duarte de Ochoa, preso en el reclusorio Norte. que bajo el título “El PRI azul”, revela los pactos en su momento, entre el exgobernador y panista, Miguel Angel Yunes con el entonces secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, para apoyar a su hijo Fernando Yunes Márquez a llegar al Senado.
Además de que anteriormente se traicionó al PAN, cuando en el 2012 Yunes Linares se vendió al PRI y a Peña para apoyarlo rumbo a la Presidencia y no a su candidata de Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota.
Duarte expresa en una kilométrica y desproporcionada columna que ahora Yunes pretende apoderarse del PRI a través de Marlon Ramírez, actual dirigente estatal, y la diputada Anilú Ingram.
Fueron estos temas los obligados para la prensa local y para el dirigente el tricolor y el exmandatario, pero obviamente, ninguno respondió. Guardaron silencio ante los cuestionamientos de los reporteros.
Lo que sí es que el sabor al caldo de la elección del panismo ya estaba adicionado.
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