Las inundaciones sufridas en varias ciudades del país con motivo de las recientes lluvias, no fueron debido a la mala suerte, ni tampoco a la casualidad.
En la mayoría de los casos fueron producto de la falta de conciencia ciudadana, de la falta de planeación, de la improvisación y desde luego, de la enorme corrupción que padecemos.
Vayamos por partes:
De la falta de conciencia ciudadana, porque la tala inmoderada de árboles y el uso excesivo de automotores contaminantes, contribuyen al cambio climático que ya afectó las estaciones del año y provoca tanto sequías prolongadas como lluvias torrenciales.
El problema se agrava más cuando gran parte de la población arroja basura en la calle que tapa los drenajes e impide el rápido desalojo del agua de lluvia.
Hay otra responsabilidad y ésta recae en las autoridades debido a su falta de planeación, porque han permitido que se rellenen los vasos reguladores naturales, se tapen los canales de desagüe, se construya vivienda en las laderas de cerros que se desgajan y en zonas bajas que se inundan, o cerca de cuerpos de agua que se desbordan.
Otro problema grave es también el de la improvisación, porque en innumerables ocasiones ponen a políticos al frente de los organismos encargados de administrar los sistemas de agua potable y alcantarillado. Ellos son expertos en grilla, pero están reprobados en cuestiones técnicas y administrativas.
A esa falta de capacidad se le debe agregar la ambición y la corrupción con que algunos de ellos llegaron al cargo. Por eso, dejaron quebradas las finanzas de los organismos; pero eso sí, ellos salieron del cargo inmensamente ricos. Hay también sospechas de que parte del dinero desviado fue a dar a campañas políticas.
Otros recursos fueron dilapidados permitiendo que los sindicatos hicieran de las suyas y para mantenerlos contentos sin que denunciaran la corrupción existente, les permitieron que incorporaran a la nómina a personal innecesario y a la parentela de los líderes sindicales. El exceso de personal, su bajo rendimiento, las prestaciones exageradas y descabelladas que lograron para su gente y la voracidad de los políticos que pusieron en los cargos directivos, desfondaron la economía de los organismos operadores. A esto debió agregarse lo que desviaron a las campañas políticas. Todo ese dinero, debió haberse empleado para ampliar, conservar y mejorar las redes existentes.
Corregir los graves errores cometidos, requerirá de mucho tiempo y bastante dinero que terminará saliendo de nuestros propios bolsillos.
Ojalá y se haga justicia para terminar con la impunidad.
Ojalá y la ciudadanía despierte y tome conciencia de su responsabilidad, para que no arroje basura en la calle, no siga talando árboles y use menos su vehículo.
Ojalá y también presione para impedir que lleguen a cargos públicos, quienes no están capacitados gobernar y administrar bien o estando capacitados, solo llegan a robar.
¿No les parece a ustedes?.
Muchas gracias y buen fin de semana.