Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: El poder de la propaganda y la cerrazón de las ideologías
El poder de la propaganda y la cerrazón de las ideologías
2016-12-03 | 09:54:45
La muerte de Fidel Castro Ruz ha desatado una aguda polémica en diversos medios de comunicación y en las redes sociales, por lo controvertido de su actuación como gobernante. Por un lado, hay quienes por el poder de la propaganda constantemente difundida durante más de 50 años, por sus convicciones políticas o de plano por falta de información y de criterio, lo idolatran. Es más, casi casi lo santifican y le queman incienso, porque lo consideran un héroe revolucionario que luchó en contra de la dictadura de Batista y liberó a Cuba del dominio norteamericano, encabezando un gobierno que atendió en forma exitosa la salud y educación del pueblo cubano. Olvidan muchos de ellos que antes de Fidel Cuba era de las naciones más prósperas de Latinoamérica. Ocupaba el 3er lugar en cuanto a economía. Tuvo ferrocarril antes que España y que cualquier país latinoamericano. La Habana disfrutó de telefonía automática, hoteles con aire acondicionado, elevadores y alumbrado eléctrico público, antes que cualquier país de América Latina. Sus editoriales imprimían muchos de los libros de texto que circulaban en diversas naciones. Por otro lado, hay quienes sin dejar de reconocer los avances de la Cuba castrista en cuanto a educación y salud, ven las cosas desde una perspectiva más realista y objetiva. Desde luego, más crítica. Porque Fidel combatió y derrocó a la dictadura de Batista, lo que lo convirtió en un héroe revolucionario momentáneo. Lamentablemente ejerció el poder sin contrapeso alguno durante años, lo que transformó al líder carismático en un
tirano tropical que terminó haciendo exactamente lo contrario a lo que había ofrecido a su pueblo. Fidel no llevó a Cuba a la democracia, como lo había prometido; sino que controló absolutamente todo. La libertad de prensa fue una de las primeras que perdieron los cubanos. Pedía respeto para Cuba, pero exportaba y financiaba guerrilla. Mandó combatir a Angola a los jóvenes cubanos. Fusiló a los opositores, encarceló a los disidentes e impuso a su pueblo tantas restricciones y privaciones que muchos de sus paisanos tuvieron que salir huyendo de la isla. Se calcula que Cuba tiene actualmente 11.4 millones de habitantes y hay más de 1.5 millones de cubanos viviendo en el exilio. La implementación del comunismo en Cuba empobreció a la isla, a tal grado de que habiendo sido en el pasado un país con abundancia de comida, ésta y los artículos de primera necesidad escasearon. La razón fue muy sencilla. El comunismo suprime la libertad de emprender y convierte a los ciudadanos en simples empleados del estado, el cual regula y controla absolutamente todo, determina sueldos, decide que se produce y que no, lo mismo que pueden publicar y que deben callar los medios de comunicación. Para imponerse y mantener el control, estos regímenes terminan por suprimir las libertades que curiosamente antes ofrecieron defender. La clase media prácticamente desapareció durante el mandato de Fidel. Si bien hubo igualdad, esta se logró pero empobreciendo a todos, menos a la élite burocrática que lo apoyaba, la cual gozaba de privilegios.
Castro culpó de la crisis al bloqueo económico, lo cual solo fue parcialmente cierto, porque mantuvo relaciones políticas y comerciales con muchos países que le pudieron vender todo lo que necesitaba. El problema fue que ante el fracaso evidente del comunismo, Cuba dejó de recibir dinero de la Unión Soviética y no tenía recursos con que comprarlos, porque su economía también se colapsó, no tanto por el bloqueo, sino por imponer un sistema que suprimió la iniciativa individual y puso en manos de la burocracia la conducción económica del país. Obviamente este sistema anacrónico fue lo que causó el fracaso de la URSS, de China, de Alemania Oriental y de los países de la cortina de hierro. Para subsistir, esas naciones se vieron obligadas a abrirse a una economía de mercado. Solo Cuba permaneció aferrada al inoperante e injusto sistema comunista. La prueba de que dicho sistema no funciona, son los llamados balseros que arriesgando su vida huyen del llamado paraíso cubano; los deportistas y los artistas que van al extranjero y si no los vigilan también huyen, y los miles más que saldrían de ahí, si les dan facilidades para ello. Para fomentar la producción que alivie la escasez, se empieza a abrir poco a poco la economía cubana, autorizándose la apertura de pequeños negocios, lo que permite a la gente mejorar sus ingresos e incorporarla poco a poco a una economía de mercado. Ojalá y que con la partida de Fidel se dé un verdadero cambio para bien del pueblo cubano, tan sufrido y tan cercano a nosotros. No les parece a Ustedes? Muchas gracias y buen fin de semana.

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