Cuando la ciudadanía no está satisfecha con los resultados obtenidos por una administración pública, normalmente se disgusta con los presidentes de la república, con los gobernadores o con los alcaldes, según sea el caso. Pocas veces sabe o recuerda que para dale legalidad a muchas decisiones que toman los titulares del poder ejecutivo a nivel federal, estatal o municipal, deben ellos contar con la autorización previa del Congreso de la Unión, de la Legislatura local o del Cabildo municipal respectivamente. Y es que en nuestro país, como en muchos otros, existe una división de poderes, independientes entre sí, que mantienen la estabilidad o el equilibrio en la difícil tarea de gobernar. Por lo tanto, cuando las cosas no marchan bien, hay que recordarle a la población que siempre existe una corresponsabilidad entre los tres poderes por las decisiones tomadas, por lo que no deben reprochárseles únicamente a los presidentes, gobernadores o alcaldes los errores cometidos; sino que también y para ser justos, hay que sentar en el banquillo de los acusados a quienes por desconocimiento, incapacidad e incluso mala fe o intereses económicos y partidistas, avalaron con su voto todas las ocurrencias que les enviaron, aún aquéllas que sabían perfectamente que eran perjudiciales
para la comunidad; entre ellas el endeudamiento desorbitado que con su autorización y complicidad, hundió irreversiblemente las finanzas estatales y las comprometió durante los próximos treinta años. Ahora, nuevos focos rojos de alerta se ha encendido, porque la Legislatura del Estado está a punto de autorizar nuevas iniciativas que de ser aprobadas, dejarán sin capacidad de maniobra a la administración entrante, al comprometer anticipadamente los muy menguados recursos que le quedarán disponibles, ya que la mayor parte del presupuesto estatal, no se invierte en infraestructura y salud que ayuden a mejorar la calidad de vida de los veracruzanos, sino que se gasta en el pago de salarios de una numerosa burocracia, que en algunas áreas resulta francamente innecesaria, en el pago de la cuantiosa deuda que tenemos y de los intereses que ésta genera. Menciono lo anterior, porque la autorización para otorgar base a una gran cantidad de empleados de confianza, muchos de ellos aviadores y personal innecesario, y además darle un porcentaje fijo de los ingresos estatales a la UV y a la fiscalía, sin tener garantizados los ingresos que harían falta para cuales cubrir estas nuevos compromisos, es un acto de
irresponsabilidad total e implicará generar más gastos que obviamente no podrá pagar la nueva administración, a menos que aumente los impuestos. Es por eso necesario que los legisladores locales, actuando de manera responsable, voten en contra de tales iniciativas, porque si las aprueban, le hará un boquete tan grande a las finanzas estatales que terminarán de irse a pique. También es importante recordarles a los diputados que son representantes del pueblo y que es éste el que paga sus elevados salarios, viáticos y prestaciones; como para que todavía terminen dándole la espalda y traicionándolo. Su labor es mantener de manera respetuosa y sensata el equilibrio con los otros dos poderes y no servirle de comparsa y de tapete a quienes pretenden que les aprueben nuevas ocurrencias. Dignidad y firmeza es lo que les pide la ciudadanía, si es que quieren seguir una carrera política. Es importante recordarles que la ciudadanía ya despertó el pasado 5 de junio y que si no actúan bien, terminarán cosechando en la próxima elección donde se postulen, todo lo que ahora están sembrando y es segurísimo que obtendrán una gran cantidad de votos, pero en contra. ¿No les parece a Ustedes?. Muchas gracias y buen fin de semana para todos.