Las campañas se enfilan hacia la recta final y todo parece indicar que los grandes perdedores en esta escena veracruzana serán las coaliciones PAN-PRD y PRI-PVEM. El momento de MORENA se afianzará en virtud del amplio y constante trabajo desarrollado por la estructura morenista a lo largo del territorio veracruzano.
A contracorriente, la dupla gobernante (PAN-PRD) está tejiendo las alianzas necesarias allí donde el otrora poderoso PRI ya no tiene nada qué hacer en la escena, a fin de que la estructura priísta se vuelque sin miramientos hacia los candidatos del PAN. Sólo que este vuelco es revulsivo para muchos cuadros priístas que fueron educados bajo la consigna de nada con la derecha ni con los señoritingos de partido azul.
Otra apuesta de la dupla gobernante es la aplicación a mansalva de las despensas del programa “Veracruz comienza contigo”, el Pronasol yunista que, anunciado en febrero pasado, se está organizando a toda prisa para sustituir o coptar a la antigua estructura de reparto de dádivas que tenían Duarte y Fidel Herrera.
Recordemos que los panistas ya son expertos en la materia, pues en los gobiernos de Fox y Calderón hicieron de los programas sociales lo mismo que denunciaron cuando eran oposición, usarlos para fines de control electoral.
En Veracruz dejaron una estela de operadores que, vinculados también a las redes de organización religiosa, convirtieron en enclaves panistas diversos municipios, Pánuco, Tantoyuca, Álamo, entre otros, así como miles de comunidades.
En “La escena veracruzana” del 11 de julio del año pasado, al hacer un análisis de la reciente contienda para gobernador, escribí: “Lo que sobresale de estos resultados es que el PAN ha desplazado al PRI en la presencia electoral en los distritos más pobres de Veracruz y concomitantemente en los de mayor rezago educativo”.
Y en efecto, con base en esa presencia, hoy el PAN remasterizado gracias al toque yunista, enfila sus baterías a ganar la elección municipal con la estrategia de los “apoyos”, que en muchos casos sólo son promesas. Por eso la urgencia del gobernador Yunes de que el Congreso veracruzano le aprobara la ampliación de deuda pública.
Por su lado, en el PRI estatal reina la desolación y la orfandad. Con las baterías presidenciales enfiladas a defender su coto mexiquense, al grado de comprometer presupuesto y gabinete en apoyar a un acartonado Del Mazo Maza, nada pueden esperar los dirigentes priístas del apoyo partidario ni del gubernamental que provenían del centro de la República.
Por eso muchos cuadros de base y dirigentes sociales de ese partido voltean a ver a MORENA y ya muchos se están integrando a las tareas de la coyuntura electoral. De los resultados que se obtengan y de un transparente desarrollo de compromisos en beneficio de la gente hacia 2018, dependerá como continúe esa integración.
El llamado a un Acuerdo de Unidad promovido por MORENA ha calado también en las bases sociales de otros partidos. La embestida mediática desarrollada por el caso Eva Cadena fue superada en lo fundamental y no parece haber afectado mayormente las intenciones de voto hacia MORENA.
Por ello, todo parece indicar que tendremos una gran cantidad de gobiernos municipales encabezados por La esperanza de México.
Esto será muy importante para frenar la política neoliberal de Yunes Linares, las privatizaciones en puerta, como la del alumbrado público y el agua, el endeudamiento excesivo, estatal y municipal, así como la utilización de los recursos públicos para mantener en el poder a una élite política que mantiene a nuestro estado en la postración. Lo dicho, necesitamos un cambio verdadero.
marco.a.medinaperez@gmail.com