Por Marco Antonio Medina Pérez
Columna: La escena veracruzana
¿Qué se juega el 4 de junio?
2017-05-08 | 09:37:30
Parte 2

Las campañas han arrancado y la táctica del PAN se ha mostrado con toda la morbidez e insania como lo vimos en el caso Eva Cadena. Minuciosamente elaborado y administrado, el episodio de los tres videos da cuenta de que, quien lo preparó y proyectó en la escena veracruzana y nacional, obró con premeditación, alevosía y ventaja, como actúan los delincuentes, en este caso de cuello azul.

Independientemente de la proclividad de la exdiputada Cadena por el dinero en efectivo y las bolsitas de plástico, quien planeó, concertó las citas, consiguió y preparó el efectivo, videograbó y filtró la grabación, no lo hizo de forma espontánea ni fue una sola persona.

Hubo asociación delictuosa y un objetivo preciso a unos días de iniciarse las campañas. No fue un acto reivindicativo de la honestidad, ni tampoco un acto de justicia republicana. Simplemente fue una turbia y soez táctica electoral, como las que acostumbra el régimen.

¿Qué se juega el próximo 4 de junio? Por el tamaño y método utilizado, lo que se juega es algo grande. Es la batalla previa a 2018, la disputa de plazas importantes antes del encuentro decisivo por la posesión durante 6 años del Palacio Nacional.

El Estado de México y Veracruz representan el primero y tercer lugar en importancia del padrón electoral. Desde luego la elección mexiquense es de mayor relieve porque se juega la gubernatura, pero las elecciones veracruzanas en los 212 municipios representan la segunda vuelta por el control del territorio electoral veracruzano.

El proyecto panista-yunista-perredista intentará afianzar su magra mayoría en un estado dividido en tercios. El priista perseguirá detener la debacle por venir. Y Morena querrá vencer en las ciudades más importantes y lograr colocarse como la primera fuerza en el estado.

De lo que se logre dependerá también el futuro social, económico y político de los municipios, para lo cual deberá enarbolarse una plataforma que logre convencer y constituirse en una alternativa de cambio verdadero, como se requiere.

En Morena se tiene que ir al centro de la problemática veracruzana. La corrupción y la impunidad son la piedra toque que impregna toda la escena estatal. Por ello es básica la propuesta morenista de austeridad republicana, reducir los altos sueldos de una buena parte de los funcionarios municipales y aplicar una honestidad a toda prueba en el manejo de los presupuestos.

La inseguridad pública deriva de la desatención ya antigua en materia de política social y falta de desarrollo económico. Los gobiernos municipales tendrán que hacer ahorros de la política de combate a la corrupción y austeridad que apliquen en su nivel para destinarlo a la bolsa social y de impulso productivo en sus territorios.

Ello privilegiará una política de seguridad ciudadana y no el enfoque guerrerista que se ha venido aplicando. Pero además, se debe cumplir con los estándares de capacitación y condiciones adecuadas de trabajo para las policías municipales, como mínimo para contribuir a enderezar la nave de inseguridad en que vivimos.

Por otro lado, la cultura de la violencia, existente en todos los niveles sociales, también puede ser combatida desde el plano municipal. De igual manera, todo lo que los municipios puedan llevar a cabo en cuanto al mejoramiento de la infraestructura urbana, rescate y habilitación de espacios deportivos, culturales e iluminación pública, abonará necesariamente a la reconstrucción del tejido social y el mejoramiento del clima urbano y comunitario.

Ello es condición esencial para debilitar los espacios de deterioro y oscuridad en el que se genera la violencia. En otras colaboraciones continuaremos con el tema.


marco.a.medinaperez@gmail.com



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