En medio de la crisis que padece en el gobierno federal y ya ni que decir en los estatales, particularmente en Veracruz, el área deportiva pretende no ser sacrificada. Al menos una entidad que recientemente fue beneficiada con casi 180 millones de pesos para espacios deportivos, proyectos de alto rendimiento y promociones, fue el estado de Quintana Roo.
 Pero cuando legisladores acudieron a esta instancia para pedir apoyo a Veracruz, y también lo hicieron en coordinación con la secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano, Sedatu, a fin de complementar proyectos conjuntos en pro del deporte veracruzano simplemente les dijeron que ni insistieran. O sea que el estado en nada se beneficia con esta política de apoyar al deporte.
 Existe un veto no oficial, no escrito, pero obviamente a valores entendidos para la entidad veracruzana a raíz de los Juegos Centroamericanos celebrados en noviembre del 2014 no hay nada. Desde entonces fue cuestionada la organización y se habló de irregularidades principalmente de quien tomó finalmente la batuta por completo, Harry Grappa, secretario de Turismo en la pasada administración.
 También apareció en escena el entonces director del Instituto Veracruzano del Deporte, IVD, Carlos Sosa quien junto con el responsable de Turismo y dedo chiquito para esos menesteres del que fuera gobernador Javier Duarte, se confrontaron en dimes y diretes culpándose bajo la mesa uno a otro.
 Entonces surgieron algunas denuncias que después saltaron en cascadas, desde proveedores hasta prestadores de servicios como hoteleros y restauranteros. Al siguiente año, en 2015, se habló de que por lo menos se habían desviados hasta 7 mil millones de diversos programas del deporte conocidos como PRONABES.
 En  torno a los Juegos Centroamericanos la Auditoría Superior de la Federación, ASF, revela que al menos se detectaron irregularidades por 800 millones de pesos. Mientras que proveedores y prestadores reclamaron hasta el año pasado un adeudo de 700 millones de pesos.
 El deporte ha salido seriamente perjudicado. Desde finales del 2015 los reclamos han sido generalizados. Han resultado también afectados los atletas de alto rendimiento y seleccionados nacionales que destacan en Veracruz, aunado a esto ya no hay becas, no hay PRONABES,  y a la fecha en un claro ejemplo, se debía el premio estatal de juventud.
 El tema es que a la fecha, a cinco meses de esta administración estatal el sector sigue igual. Por ello, la CONADE mantiene el veto y esto perjudica la fluidez de recursos para la entidad que pega a todos los que de ello dependen.
  Hace poco los deportistas paralímpicos protestaron contra la directora del Instituto Veracruzano del Deporte,  María de los Angeles Ortíz por no recibir sus becas mensuales al cien por ciento. Incluso en una grave acusación dijeron que se les recortaba a la mitad de apenas dos mil pesos que cada mes le son entregados.
 Además del mal trato por parte de la ahora funcionaria. Pero el problema del deporte veracruzano, sin eximir de alguna responsabilidad a la multi campeona paralímpica viene de atrás. Y no hay dinero por los antecedentes de desvíos arriba mencionados.
Así que Veracruz solo se queda mirando cuando se reparte el pastel deportivo para otras entidades y aquí no hay forma de reactivar la voluntad del gobierno federal que más que nada sería una obligación, pero tampoco en el caso del gobierno estatal, hay quien busque romper el candado de la caja donde se encuentran los proyectos, becas y apoyos para los deportistas.
 En tanto, seguirá siendo gris el panorama para el mismo. Una raya más al tigre. Y Harry Grappa, feliz de la vida, impulsando a MORENA.