El lunes 24 de abril el gobernador Miguel Angel Yunes Linares reconoció que en Veracruz las ejecuciones van en aumento. Esto es lo mismo a entender que hay un claro incremento de la actividad de la delincuencia organizada, pues estos crímenes son derivados de este fenómeno social que afecta a Veracruz y al país.
El mismo mandatario prefirió, en entrevista con la prensa, no abordar el tema de la aparición de los cuerpos de una maestra y un niño de 6 años de edad, previamente secuestrados junto con otro maestro y el conserje de una escuela en Tantoyuca. Ahí la dejamos mejor, diría Yunes ante los cuestionamientos de los comunicadores por sendos homicidios, aberrantes e indignantes para la sociedad veracruzana.
Lo cierto es que admitir que los índices de violencia derivados de la confrontación de grupos criminales se ha disparado o al menos va a la alza, no es respuesta que deje satisfecho a ciudadanos que esperan más de su gobernante, sobre todo cuando se comprometió a devolverle a Veracruz la tranquilidad y paz social, y a cuatro meses de este gobierno no se ha logrado siquiera dejar en la media. Claro, hay que reconocer que no es fácil, si se toma en cuenta que la descomposición social viene de hace varios sexenios.
Pero en el caso del homicidio de la docente y el pequeño fue más que horroroso y por cierto, ha impactado severamente en ese territorio, que ha sido identificado como un bastión del panismo veracruzano, liderado por el hoy secretario de Desarrollo Agropecuario, Joaquín Guzmán, y hermanos que tienen el control político en la zona. La maestra Yaru Missuri Arrieta Fuentes y el menor Luis Ángel Rivera Cruz, fueron privados de la libertad junto con otro docente y un trabajador de intendencia de la misma escuela Adolfo López Mateos de la localidad de Rancho Nuevo, mismos que aparecieron muertos horas después. Aquel 7 de abril fueron llevados el maestro Augusto Rivera del Ángel y el intendente, Pedro Rivera Mejía, presunto padre del menor, mientras que los cuerpos de la mentora y el menor fueron hallados este domingo en la comunidad Las Marianas, de ese municipio de Tantoyuca. Otro aberrante hecho, consignados en los anales del crimen en Veracruz, es el de una enfermera en San Rafael y otro caso más, igual de una enfermera sucedido en febrero, ambos pueden ser encuadrados como temas que ya rebasan la cordura, si acaso hay, en la delincuencia organizada. Sumado claro está, al de la maestra en Tantoyuca.
Lucía Guerrero Castelán fue secuestrada el pasado 24 de marzo, pero apareció días después asesinada de un balazo en la cabeza.
La anterior enfermera victimada, y que terminó en similares condiciones, se llamaba Velia Zavaleta quien desapareció desde los primeros días de febrero de este año.
Los familiares y ciudadanos que exigieron justicia calificaron como feminicidios estos hechos que aún no han sido esclarecidos.
Las estadísticas marcan que desde el 2016 han sido asesinadas en Veracruz 55 mujeres y en lo que va del año ya se tiene 39 homicidios, tan sólo en febrero se anotó un asesinato por día sumando 24 casos; mientras que en el primer bimestre del año se registraron 35 desaparecidas.
Con el respaldo de análisis de la Universidad Veracruzana la información revela que los municipios de Córdoba, Ixtaczoquitlán y Minatitlán presentan el mayor índice de asesinatos de mujeres a nivel estatal.
Apenas la secretaría de Gobernación puso en marcha de la alerta de género para 11 municipios veracruzanos y para aquellos con población indígena y en vez de decrecer aumentan los asesinatos considerados ya como cifras alarmantes.
La preocupación alcanza entre los interesados en darle seguimiento a este tema porque a su juicio los mecanismos no han dado resultado. En cuanto a las desaparecidas, la Universidad Veracruzana tiene un programa denominado “Asesinato de Niñas y Mujeres por razón de género, femenicidios en el estado de Veracruz” que desarrolla la facultad de Antropología, quien se encarga de realizar un diagnóstico sobre las violencias, asesinatos y desaparecidas. Llama la atención que en enero y febrero suman 35 desapariciones y en este renglón se mantienen los índices que alarman.