El modelo neoliberal se encuentra al borde del fracaso, los que tienen mucho son pocos y son muchos los que nada tienen, a veces ni derecho a enfermar o a morir cuando menos en una cama de hospital.

Las circunstancias económicas tienden a agravarse en el mundo, debido a la baja en los precios del petróleo en el mundo y por lo mismo, el dólar sigue cotizando un desplazamiento gradual incontrolable frente al peso, que ya lo tienen casi en los 19 pesos.

Hace falta un equilibrio en la visión de los políticos, precisamente de todos los colores en este país, porque la desproporción del manejo de sus vidas es abismal, frente a los desposeídos, o simplemente a los clasemedieros que poco a poco van perdiendo el ritmo y estilo de vida, a lo que antes estaban acostumbrados.

Entre los patrones, hay un sentir y un decir, se reconoce como una época difícil, pero muchos empresarios mantienen y aumentan su plantilla laboral haciendo un esfuerzo desmedido por ayudar a favorecer el empleo.

Pero se necesitan, estímulos y mayores beneficios para los inversionistas, a que sobre todo los del exterior puedan venir a construir las famosas fuentes de trabajo.

Los tiempos por venir serán difíciles, hay que empezar por amarrarse el cinturón en el sector oficial, quitar privilegios y los grandes beneficios a los tres poderes de gobierno, sobre todo en el nivel federal.

Hay que hacer puentes de diálogo y comprensión a que las grandes trasnacionales que operan el mercado de los alimentos en el país, ayuden a los pobres y se les extienda la mano en esta situación de emergencia, en lugar de tirar a la basura los productos por falta de venta, en el caso de perecederos.

Los políticos, que dejen los golpes y los sombrerazos para otra ocasión, en este momento se habla de una situación económica grave y por lo mismo hay que pensar en la gente que menos tienen.

Los tiempos electorales ya no constituyen en un beneficio para la gente, por el contrario, los partidos políticos piden freno a los programas sociales que operan de forma humanitaria a favor de la población y con esto se convierten en un infierno para los pobres.

Hay que tener conciencia cristiana y ante todo mantener la civilidad en los tiempos actuales que se agravan y lo que viene será peor, por el desempleo, la migración natural y la inseguridad que se produce en los momentos de crisis.

La solidaridad entre unos y otros debe ser la salida y también, los que ganan mucho y son parte del erario público deben entender que los ingresos disminuyen y por lo mismo no hay forma de atender los grandes compromisos de este país, de empleomanía, salud y educación, por citar sólo algunos.

El esfuerzo debe ser colectivo y el sacrificio mayor de los que ya tienen mucho. Va la anécdota: en aquel tiempo, me tocó ser el primer reportero que el entonces gobernador Agustín Acosta Lagunes, invitaba a subir a su famosa camioneta van verde: la operaban los famosos Roberto Gutiérrez y Fallo Cuenca, ayudantes.

El gobernador invitó al joven reportero porque, el maestro Ignacio Oropeza, le había puesto las ocho columnas del entonces periódico el Universal de Veracruz, foto y nota de primera plana, y por lo mismo el ejecutivo estatal agradeció al director del medio, por conducto del reportero que cubría ese días las actividades del mandatario de visita al puerto.

De camino a Soledad de Doblado, en donde don Agustín, haría entrega de los premios de productividad al campo, recuérdese que Rafael Lira Morales, era el director de agricultura, y apoyaba con entusiasmo el programa Granero y Yunque de la Nación.

El novato reportero, habló al gobernador del asunto del desproporcionado incremento al impuesto predial y que los pobres, se presentaban a pagar sin problema alguno y muchos ricos protestaron, precisamente por el tener que pagar más.

La sentencia del gobernador Agustín Acosta Lagunes, fue rápida: voy a subsidiar el impuesto predial y la gente dejara de sufrir. Y esto lo hizo en honor de los pobres que estoicos siempre cumplen con sus obligaciones, aunque les toque bailar con la más fea.

Y parafraseado al amigo arquitecto Miguel Angel Enríquez, la caja del muerto, pesa menos, cuando la cargan más voluntarios.

Vale bien la pena mencionar a dos grandes personajes que han actuado en favor de los pobres en los últimos tiempos, La Madre Teresa de Calcuta (beata que será canonizada en este año) que decía “hay que dar hasta que duela”. Y el Papa Francisco que su pontificado está inspirado en la defensa de los pobres del mundo Así las cosas.