Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Cartuchos quemados
2015-10-18 | 21:29:47
Con la bandera del PAN, Vicente Fox y Felipe Calderón, como presidentes del país en sus respectivos sexenios convirtieron a la actividad política en un circo y a falta de voluntad o de capacidad, sumieron a la nación en una etapa de regresión que ahora pasa por la peor crisis en la materia de los últimos meses en el mandato del priista, Enrique Peña Nieto, que con el PRI recibió el voto para retornar a los Pinos, y la tarea ha sido aun más difícil, romper candados, detener inercias negativas y vencer resistencias hacia la postmodernidad.

Los doce años fatídicos del panismo en el poder presidencial, acabaron con una militancia tradicional y acendrada por una lucha vertical en donde destruyeron sus principios que le dieron origen, al impulsar a la impunidad, corrupción y delincuencia.

En el PRI, aunque existe unidad, ahora se enfrenta una prueba de fuego en los ámbitos federal y de las entidades en donde de renovaran poderes en el 2018 y en el 2016 en trece entidades federativas.

Los manejos anticipados sobre todo por la presidencia en el 2018, se ha visto que son varios los tiradores en el PRI y en varios partidos políticos, pero un no es tiempo de andar haciéndose promoción y actos anticipados.

En el caso del estado más politizado del país, ya desde hace varios años, los duendes andan sueltos y le han movido el tapete insistentemente a Javier Duarte, pero sin que logren su cometido los detractores, enemigos y hasta quienes abiertamente en aras del poder abren el fuego amigo.

En la lucha por el poder estatal desde el PRI se comenzó un fenómeno especial en donde hasta hacen sinergia panistas y priistas que se unen en el clan familiar en donde todos hablan de la familia como si se tratara de la película del padrino de Mario Puzo.

Aunado a todo esto, los políticos de viejo cuño de una clase política ya muy correteada han pretendido sorprenden al joven gobernador Javier Duarte, quién es cierto le ha tocado bailar con la más fea como consecuencia de que son muchos los personajes entre propios y extraños, que pretenden asaltar al palacio estatal.

Pero, Duarte, estoico ha superado tormentas y vendavales de quienes desde el inicio de su mandato le han puesto piedras en el camino como deporte.

De los de afuera no debe sorprender que en aras de ser oposición, se sitúen en posturas críticas desesperadas en donde la diatriba, las ofensas y las agresiones verbales desmesuradas rayan en lo absurdo. Pero los de casa están contagiados de la rebelión.

Duarte, con finura hace uso de la metáfora y de las analogías para hacer de si una postura tolerante y hasta festiva de los agravios desafiantes que no le quitan el sueño y menos la concentración para gobernar la entidad más politizada de esta nación. Todo en aras de mantener prudencia en el juego político rudo de los de casa han tratado de montar un teatro de rebeldía, cuando los que chillan o simplemente tiran la piedra y esconden la mano son parte de la llamada clase política del PRI en estos lares, cuando la unidad ha sido emblema de todo el priismo en este país.

Y como si fuera poco, vino de fin de semana el ex gobernador veracruzano, Dante Delgado, dueño del partido Movimiento Ciudadano que antes se inició como el Partido Convergencia, y quién piensa que la memoria colectiva en esta entidad no existe.

Dante, en su gobierno llenó de cemento de una empresa familiar al estado y sus acciones de represión en contra de empresarios y periodistas prevalecieron en un cuatrienio que no se olvida por los excesos del mandatario que disfrutó del conag XO y de que el famoso banquetero Toño Herrera, le sirviera en sus eventos de forma por demás exagerada como si se tratara de un emperador, al que después como embajador hasta lo llevó a Italia para que le sirviera los chiles en nogada.

Después de estar en la cárcel como un perseguido político, olvidó a todos quienes lo apoyaron en su defensa desde la sociedad civil y lo peor se solidarizó con su enemigo en un afán de perdón o de temor. Ahora disfruta de las prerrogativas de su partido que extiende sólo a sus incondicionales.

Así está el nivel de lucha, de toda la clase política veracruzana, en donde son pocos los que de los diversos partidos políticos pueden escapar a ser inmensamente ricos y es tanta la ambición que ya empujan a la segunda y tercera generación para que hagan carrera en el servicio público. Y demuestran que no tienen llenadera.

También de fin de semana apareció el de Catemaco, Jorge Uscanga Escobar, para levantar la mano y tratar de espantar con el petate del muerto, de que el PRI en Veracruz se une o la pierde, cuando la oposición, principalmente del PAN y el PRD, está dividida y desorganizada.

Y para acabarla, el líder de la CNC, Juan Carlos Molina, a dos semanas de ascender al poder ya quiere la secretaria general del PRI estatal. Así las cosas.

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