En la desenfrenada lucha por la gubernatura de Veracruz, aparece muy fortalecido el famoso capitán Alejandro Montano Guzmán, un personaje muy cercano al ex gobernador Miguel Alemán Velasco y por supuesto se apunta también a la de dos años y la lista crece.

Por cierto, esto de que la lista crece se dio también durante el mandato alemanista, cuando el propio gobernador en ese entonces dejó caminar a todos los aspirantes sin problema alguno, y mientras y unos y otros esperaban en el arrancadero, el político cuenqueño Fidel Herrera Beltrán, se fue a la capital del país a vender su proyecto político al entonces dirigente del CEN del PRI, Roberto Madrazo.

El famoso Tío Fide, era senador y asistía a todos los eventos posibles graduaciones en las ciudades y pueblos, primeras comuniones, bautizos, quinceañeras, bodas y hasta funerales.

Herrera Beltrán, salía a caminar hasta en plena semana santa por las playas y no desperdició ningún momento para hacer su trabajo proselitista en forma abierta.

Con un reducido equipo de colaboradores “amigos” el político de Nopaltepec, tejió su propia candidatura y con todos los tiempos encima, dio el albazo a los priistas al amarrarse con Roberto Madrazo, cuando precisamente los panistas con Fox, detentaban el poder presidencial.

Ahora, en tiempos del gobernador Javier Duarte, sucede lo mismo unos y otros, muchos abiertamente se manifiestan que quieren la famosa torta que decía en aquel tiempo, el senador Herrera Beltrán, de que todo niño que nace en estas tierras, por ese sólo hecho trae bajo el brazo la gubernatura, esto se lo declaraba a su ahora enemigo, Pedro Ferriz.

El tiempo siguió y desde la prensa local en aquel tiempo, el maestro José Pablo Robles Martínez, periodista profesional y serio tuvo la nota exclusiva del anuncio de que Fidel Herrera era el bueno.

Ahora los analistas se quiebran la cabeza y no logran dar con el aspirante ideal a la candidatura del PRI al gobierno estatal, por algo simple y sencillo, ahora hay un presidente priista en los Pinos, Enrique Peña Nieto, y su esquema de elección acorde a los tiempos, se basa en las encuestas y hasta el último momento antes de una convocatoria de forma natural llaman a una plática con el presidente del país para dar la línea.

Entre quienes se truenan los dedos y no logran descifrar el enigma en este momento el también licenciado Alejandro Montano Guzman, levanta la mano y se une a una lista de un buen número de aspirantes priistas.

Héctor Yunes Landa, José Yunes Zorrilla, Tomás Ruiz González, Alberto Silva Ramos, Erick Lagos Hernández, Jorge Carvallo Delfín, Flavino Ríos Alvarado y finalmente Alejandro Montano Guzmán.

Los que quieren y no lo dicen, los que dicen que no quieren, y los que en forma abiertamente hacen una lucha abierta, han sido las proyecciones que la gente en estos lares ha detectado en este largo peregrinar, en donde como nunca antes hay quienes hasta hacen ruido mediático a costillas de ofrecer fuego amigo a discreción hasta el propio pesebre del que es su origen.

Pero en general entre los aspirantes hay un sentir de mucho respeto a la tarea del gobernador Javier Duarte, que en su mandato ha sido víctima de la peor campaña mediática.

Aun así los palos de ciego son muchos, algunos analistas políticos desesperados se adelantan a predecir el futuro que nadie sabe y sólo está en la cabeza del pensamiento del presidente Enrique Peña Nieto.

Por eso hay que esperar, no hay que descalificar a Javier Duarte y no hay que olvidar que todo en la vida tiene sorpresas y en este sentido, no hay forma de adelantar el futuro, cuando ya falta menos para que se dé la decisión que tiene con los nervios de punta a muchos políticos. Así las cosas.