Si el Senador del PRI, Héctor Yunes Landa no sale a declarar que seguirá en el PRI, la idea de que se fuera por un partido de oposición a buscar la candidatura a gobernador, para lo que ya ha hecho una precampaña desde hace por lo menos dos años, se empezaría a creer tras la invitación que le hizo el PRD.
No obstante, y al ir creciendo la especulación por la convocatoria que le hizo el partido del Sol Azteca, Héctor Yunes tuvo que atajar que no se quiere ir del partido que lo vio nacer, el Revolucionario Institucional. Lo descarto rotundamente, diría.
“Agradezco al PRD, al Partido Encuentro Social e incluso a Acción Nacional que han sido muy generosos en invitarme a incorporarme con ellos, de verdad valoro mucho que me consideren y tengan confianza”.
Sin duda que el legislador se enganchó en las posturas de estos partidos al recurrir a su figura para ya querer tener candidato listo en el 2016 cuando se renueve la gubernatura y el Congreso Local.
Viejo lobo de mar, Yunes Landa, se vio sin embargo, sorprendido por los “partidos” chiquitos que rápidamente le abrieron las puertas, por lo que se vio obligado a decir que desde chamaco, desde joven es militante del tricolor, y no tiene problemas en ese instituto político, por lo que se vio obligado a aclarar que se trata de una confrontación no con la estructura partidista sino con el gobierno estatal y con su titular. Se enganchó el político o lo engancharon.
Y es que en medio de la vorágine política de la presuntas diferencias entre Yunes y Duarte, el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Alfredo Ferrari Saavedra, señaló que el PRI necesita tanto de él como de Francisco Yunes Zorrilla para competir en 2016.
Pero por otro lado, el PRD, extendió una desesperada invitación para que una vez que si no se siente cómodo en el partido que lo vio nacer, gire su timón a encabezar la causa del amarillo y se convierta, con sus ideales radicales y de choque, en el abanderado de la izquierda en Veracruz.
Héctor no dejó de lado que su relación es muy cercana con el actual dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones, en donde se siente más que reforzado, y por ello, remataría diciendo “que lo mío está dentro de mi partido y seguir militando acá, más ahora que mi partido ha tomado la decisión de nominar candidatos por el sistema de encuestas”.
El que se vio aludido o ve como alguna interferencia en la vida política de su partido, por cierto, de reciente incursión porque su filiación inicial es panista, fue el diputado federal del PRD, Julio Saldaña Morán quien criticó de inmediato que los pactos, alianzas e invitaciones que haga su partido los debe promover la cúpula nacional y no las dirigencias estatales.
No le gustó a Saldaña que la invitación que el dirigente estatal del Sol Azteca, Rogelio Franco Castán le hizo precisamente al priísta senador a quien pidió sumarse para el 2016, si el Revolucionario Institucional le cierra las puertas, de las que ya ha dicho el de Soledad de Doblado no se habrá de retirar.
Saldaña ve amenazada su posible candidatura para la gubernatura y entonces decidió inmediato denostar la posible presencia de un adversario que le robaría reflectores.
“Los partidos nacionales con quienes vayan hacer la alianza tendrán que decidir y buscar candidatos mejores posicionados, bien ubicados en el seno estatal veracruzano, serían personajes que dieran batalla y tengan la posibilidad de ganarle al PRI en el 2016”.
Lo que es cierto es que Saldaña no tiene calidad moral ni peso en lo que queda del PRD, un partido de membrete nadamás, que ha servido para los intereses personales de Sergio Rodríguez, Rogelio Franco, los Aquino, los Mantilla, Herviz; y por si fuera poco, el neo panista llegó en esa misma condición, a través de enjuages y los pactos que hoy critica.
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