Pese a los lineamientos que el Consejo Nacional del PRD emitió en su asamblea el pasado domingo sobre las posibles alianzas con el PAN, el PRI sabe que las circunstancias pueden cambiar en cualquier momento. Y por ello, aunque el tricolor dice no temer a la suma de fuerzas, antagónicas por naturaleza, de la derecha total e izquierda radical, pone sus barbas a remojar. Apenas el líder del PAN en la entidad, José de Jesús Mancha habló hace unos días de la factibilidad de ir con el partido del Sol Azteca en busca de la gubernatura de dos años en las elecciones del 2016. Y que las pláticas estaban avanzadas, con una amplia posibilidad. En respuesta el dirigente del instituto político que gobierna en la entidad, Alfredo Ferrari atajó en que la alianza de éste es con la sociedad y demás. Lo cierto es que a nivel nacional también se cocinaron habas, hubo una reunión del gobernador Javier Duarte con el líder putativo del PVEM, el Senador Jorge Emilio González Martínez y con el Subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana, Arturo Escobar y Vega, quien recientemente dejó la dirigencia de ese partido. El mensaje fue claro: La reunión tuvo como objetivo abordar temas de la agenda política nacional. No es más que señalar que hay vínculos y relaciones definidas para mantener la fórmula que fue con la que contendieron la mayoría de los candidatos a diputados federales, y en el caso de Veracruz les fue más que bien. A esto tienen que sumarle que Ferrari Saavedra hizo lo propio en el café La Parroquia de la ciudad de Xalapa, en donde se concentró con los dirigentes del PVEM, Eduardo Robles y del AVE, Alfredo Tress. Fue inevitable que se le hicieron el cuestionamiento sobre el temor de una posible alianza, a la que respondió a los insistentes reporteros, en un tema que no se puede ocultar o desviar de lo que representa y parece inminente: “¿Miedo?, para nada, yo respeto las expresiones políticas sociales, nosotros somos un partido ganador. El partido parte de que viene probado en resultados electorales, la sociedad veracruzana en su mayoría le ha venido dando la confianza al PRI y estamos trabajando para que así continúe”. Por su lado, el experredista, y quien fungiera como secretario de Protección Civil del Distrito Federal, Elías Miguel Moreno Brizuela también se ha subido al ring. El susodicho expresó que la alianza de la que habla PAN y PRD está destinada al fracaso. El exsenador y, quien empieza a moverse, aunque un poco, o más bien bastante tarde, por una candidatura independiente a la gubernatura de Veracruz, calificó esa unión como “una mezcla entre el agua y el aceite”. Así que lejos de las polémicas, el hecho es que el escenario se empieza aclarar y para ello, se preparan los partidos, aunque al mismo tiempo lo nieguen. Y toman sus providencias. Estos son los siguientes panoramas: El PAN se afina con el PRD; el PRI con el PVEM, PANAL y el AVE, mientras que Morena se mantiene en su postura de no ir con nadie en alianza, porque evita confundir al electorado. A su vez hay dos actores políticos importantes, uno que va solo como candidato ciudadano, y ya en precampaña, Gerardo Buganza Salmerón; y Dante Delgado, para el que sería un suicidio ir solo con un candidato en busca de la gubernatura, pero que tampoco ha dicho “esta boca es mía”. MUY EN CORTO LA CASA DEL CAMPO. Seguramente que la casa donde sostuvieron una comida privada el gobernador, Javier Duarte de Ochoa, el dirigente cañero, Juan Carlos Molina, el coordinador de la Sagarpa, José Gurría Treviño, algunos políticos locales, como el titular de Sedarpa, Ramón Ferrari Pardiño, y el alcalde de Alvarado, Octavio Ruiz Barroso, será designada próximamente la casa donde se firmó el tratado del campo veracruzano. Y es que en vísperas del ungimiento de Molina Palacios como dirigente estatal de la CNC, ojalá que de una buena vez se haya revisado en serio la problemática que abate al campesinado. La ya conocida y crónica migración, la tecnificación ausente en el agro, y muchas cosas más que viven los productores. Aseguran que el propio Duarte a manera de advertencia le conminó a Molina que estará muy pendiente de su trabajo, y que tiene en sus manos, la oportunidad de sumar los proyectos con gobiernos para darle el impulso que necesita. Ojalá no se quede en palabras, y la residencia Molina de Tlacotalpan, no sea muda testigo del Tratado por el Campo. direccioneditorial@hotmail.com