La UV vive su peor momento en las últimas décadas. Tal parece que tiene un mal de origen que se llama Sara Ladrón de Guevara. Qué triste etapa para la Universidad Veracruzana.
Bajo su mando, al que llegó desde el inicio en una cuestionada elección, y en cuyo proceso se quedaron anclados aspirantes con mejor calidad en trayectoria y capacidad que la actual titular, ha habido dentro de la institución desde agresiones, conflictos internos, protestas de académicos, hasta (ahora) difusión de una imagen violenta de la alma mater.
Para nadie es un secreto que la relación -también por primera vez entre estas dos instancias- entre la Rectora y el gobernador no es nada cordial. Esto ha derivado en un tira tira disfrazado y a veces hasta directo, de la Universidad hacia la administración estatal, conflicto que ha nadie beneficia.
Por el contrario la UV sufre las consecuencias. Y serias. Eso sin duda se le debe a la maestra Ladrón de Guevara González.
Hay reclamos de pagos pendientes y a la Rectora se le hace fácil echar la pelotita y culpar que no le da dinero el gobierno estatal cuando cada año tiene un presupuesto asignado, tan solo en el 2015 fue de alrededor de 10 mil millones de pesos que debe ser bien distribuido.
Además de ello es socorrida con apoyos de iniciativa privada, organizaciones nacionales e internacionales a través de fideicomisos y fundaciones. Lo que nadie parece fiscalizar ni saber sobre su manejo en el interior y exterior de la UV.
Aún así el reclamo sobre la falta de recursos es constante. Ha trascendido que en los siguientes días se harán las precisiones y se hará público la situación financiera de la máxima casa de estudios con las autoridades estatales. Es decir se hará la diferencia entre recursos obligados del gobierno a entregarle a esa institución y la figura de subsidio que es sobre la que se asienta el apoyo financiero a la UV. Pero que desde la Rectoría reclaman como faltante u obligatoriedad.
Ahora bien ha conllevado el mal manejo de la universidad bajo la tutoría de Ladrón de Guevara González a escándalos permanentes que van desde protestas del personal académico hasta jóvenes agredidos constantemente, por razones no muy claras. Así se dio el caso de algunos de ellos en el domicilio de los muchachos en Xalapa a unos días de las elecciones federales, sin que la universidad diera seguimiento y fijara postura enérgica al respecto.
Las "agresiones" fueron calificadas como armadas y dirigidas con una gran facilidad en un afán de protagonismo, y desde la directriz rectora, lavarse las manos. Eso y otras conductas de quienes encabezan el grupo que dirige a la Universidad encabezado por la Doctora Sara han valido para que la universidad haya sido calificada como violenta.
Es el peor galardón y el más vergonzoso recibido por la comunidad internacional. La opinión pública sobre la UV jamás recibida en forma tan negativa.
El portal inglés MailOnline destacó lo siguiente: Dentro de la universidad más peligrosa del mundo; Colegio mexicano atacado por una ola de agresiones, secuestros y hasta una plaga de insectos.

Las recientes desapariciones, secuestros, palizas y una epidemia de la fiebre del dengue y chikungunya, han hecho de una universidad mexicana el lugar más peligroso para un estudiante.

Ubicada en la capital del Estado, la Universidad Veracruzana sólo ha visto a un 78 por ciento de sus estudiantes para el inicio del ciclo escolar 2015/2016 pues la institución pasa por un periodo que está siendo comparado con las “plagas de Egipto”.

Hasta la muerte de académicos ha sido parte de la sentencia para el calificativo sobre esta universidad. Aunque después esto fue negado por autoridades y la supuesta fuente informativa ante el medio MailOnline.
La UV tampoco ha destacado en reconocimientos y logros internacionales. La investigación se ha estancado y no se fomenta como en otras administraciones.
Es hora que la señora Ladrón ponga sus barbas a remojar. Qué haga un análisis profundo de conciencia sobre la trayectoria y destino que depara a la Universidad. Y la enorme responsabilidad que tiene entre sus manos.

MUY EN CORTO
DIEZ MIL BAJO EL SOL. Diez mil almas aguantaron las intensas temperaturas registradas en la Cuenca del Papaloapan este miércoles, sólo para reiterar su apoyo total al líder cañero, Juan Carlos Molina Palacios, quien se destapó para la dirigencia de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Agrícolas de la CNC en Veracruz, y en el acto desfilaron desde alcaldes, diputados, líderes de productos agrícolas como arroz, maíz, piloncillo, frijol, entre otros, que van en unidad para en carrillense ocupe ese cargo.

Ya se había consignado que la CNC requería revivir y si es así, parece que se ha dado el primer campanazo. Llama la atención por cierto que en medio de la crisis que agobia al campo, Dio mucho que pensar Molina Palacios al referirse a la situación actual de la Liga, que entre la desorganización y la corrupción no dan una.

Hubo quienes comentaron que seguramente habrá cambios para los campesinos de llegar este productor reconocido a nivel nacional por la proyección internacional de sus cultivos y ganadería. Y como ocurre obviamente, tras degustar sus tamales de barbacoa, los comisariados ejidales y delegados cenecistas le auguran el triunfo.. Se verá qué pasa y cuántas cabezas corruptas ruedan si es que no se queda este aspirante en el puro discurso.

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