En el arranque de las campañas electorales si pone atención, se dará cuenta que los partidos de oposición al PRI tienen todas las de ganar. Todo ello basado en las debilidades que presente en esta ocasión el tricolor.

No se puede olvidar en esta ocasión que el punto flaco es el presidente Peña Nieto. Desde su elección con el 38 por ciento de los electores, es decir, más de la mitad de los mexicanos no votaron por él. Para su desgracia la bien ganada impopularidad presidencial ha provocado una caída por abajo del 40 por ciento en los índices de aprobación. La colección de escándalos de las casas es un dolor de cabeza para los candidatos priistas y si se le suma lo de Ayotzinapa, la precaria situación económica, la terrible violencia y lo increíble, la desconfianza del empresariado que era su voto duro.

Un líder cuestionado, un partido en la ilegitimidad y el agravado contexto socioeconómico, deja a los candidatos de oposición con la mesa servida para refundir al PRI dentro del círculo de los partidos pequeños.

Si esta situación a nivel nacional la concentramos al estado de Veracruz y colocamos en el lugar de la impopularidad de Peña Nieto al exgobernador Fidel Herrera Beltrán, con que solo recuerden a los electores la situación que se vive en el presente, donde no se pagan las pensiones, se retrasan los emolumentos a maestros y burócratas, la falta de obras a los contratistas y todo ello se reduce y concentra a la descomunal deuda heredada. Sin contar el testamento fidelista de inseguridad y violencia que le dejara al pueblo.

El colmo y para su desgracia es que los candidatos a diputados federales priistas tengan su sello indeleble.

¿Qué no hay otros, tienen que seguir siempre con los mismos? ¿Serán los veracruzanos un pueblo de masoquistas?

La campaña de los opositores veracruzanos debe concentrarse en los aspectos negativos, es todo un arsenal de equívocos, errores, peculados, engaños de promesas incumplidas y desvíos de recursos.

Todo consiste en exhibir al PRI y ganar la elección. Identificarlo como un partido irremediablemente corrupto e indigno de tener el poder.
Por primera vez la oposición la tienen en la bolsa.

El único riesgo es que los acusen que se trata de una guerra sucia, pero fue más desaseado y negativo lo que hicieron y solo se trata de manera simple de tener un poco de memoria y de información.

El Alzheimer político no se justifica cuando está en juego el futuro de una nación.

Hay que tener una estrategia inteligente de comunicación que permita difundir el mensaje. Los partidos políticos en sus reuniones y en los mítines utilizar este tema para propalar el grave daño realizado.

Eso de que “más vale malo que por conocido”, en esta ocasión no opera porque no son solo malos, son… No hay adjetivos para calificarlos cuando se ejerce el poder de manera perversa y peligrosa en grado extremo.

¿Volverías a votar por Peña Nieto y el Tío Fide?