Ahora los partidos políticos le apuestan aquellos candidatos a diputados federales que sean los más populares, sin tomar en cuenta si poseen el mínimo de conocimientos, o cuando menos, tengan una idea aproximada de lo que significa la función legislativa que van a desempeñar.

Se debiera considerar a la nación mexicana como si fuera una empresa de las que dependen los más de cien millones de mexicanos y el personal de recursos humanos, (en este caso los partidos políticos), estarían obligados a escoger a la persona idónea que reúna el perfil adecuado para el cargo político al que aspira.

¿Quién decide la persona que abanderará al partido? En la mayoría de los casos es el gobernador del estado y en pocas ocasiones opera la recomendación del líder partidista, quien influye para que se tome en cuenta a cierto funcionario que se lo ha solicitado.

Parecieran los partidos políticos empresas familiares donde los parientes heredan los cargos directivos, sin tomar en consideración su capacidad y talento para desarrollar el negocio.

Lo único que les importa a estos organismos políticos es la persona que les garantice el triunfo a como dé lugar, ya que se pone en juego la permanencia.

La política en México es uno de los grandes negocios.

Para muchos gobernar es robar.

De allí la justificada queja de la ciudadanía que pongan como aspirantes como una cruenta broma a payasos, cantantes, jugadores y cualquier tipo de artista que sea conocido. Por otro lado, buscan a personas bien parecidas, como si el rostro o el cuerpo tuviera que ver con su desarrollo parlamentario.

Resultó interesante y de gran trascendencia el primer Informe que rindió la diputada Mónica Robles, quien presentó cinco iniciativas de las cuales cuatro fueron aprobadas por unanimidad, alguna de estas propuestas tienen que ver con importantes aspectos relativos para que hubiera una mayor justicia e imparcialidad en las relaciones familiares, y sobre todo, en la equidad a que tienen derecho las mujeres.

La justa protesta que hiciera la representante del distrito de Coatzacoalcos, quien se hubiera colocado una alambrada llena de púas alrededor del Congreso local para impedir que el pueblo veracruzano tuviera acceso a dicho recinto, cuando se supone que los diputados son representantes de esa misma sociedad.

Pareciera que los legisladores no son los delegados, emisarios y portavoces de esa ciudadanía veracruzana. ¿A quién representan?

El video que se presentó en esa ocasión del informe de labores de la legisladora fue sobre el cobarde silencio que se guarda en las esferas oficiales ante la barbarie cometida en contra de los normalistas.

La gran diferencia que existe con legisladores que buscan el cargo de elección popular solo por satisfacer actividades económicas y particulares muy ajenas al quehacer parlamentario.

Gerardo Buganza, actual secretario de Gobierno, cuando fue diputado federal no conoció la tribuna de ese recinto del Congreso de la Unión. Se desconoce cuál fue el papel de asistir porque no presentó ninguna ponencia. Es el papel de muchos que piensan que son observadores turistas para eso se les pagan viáticos y su dieta.