Lo interesante de la propuesta del senador Héctor Yunes Landa sobre la homologación de las leyes electorales de Veracruz, es que por lo regular las consultas son con el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong.
Lo que quiere señalar es que Héctor tiene el visto bueno del gobierno federal. De allí que se contemple una gubernatura de cinco años y un período de dos años para las diputaciones locales.
De tal manera que coincidirían los comicios para elegir a los legisladores con las del futuro presidente de la República en el año del 2018. Las elecciones del gobernador veracruzano empatarían con las federales del 2021.
Para los funcionarios estatales adelantados, esta iniciativa del peroteño no coincide con sus sueños guajiros de gobernar Veracruz en un corto lapso de dos años. Varios secretarios, como don Erick Lagos, tiene, el tiempo para estar tejiendo esta idea de prorrogar su estatus como el número dos y de llegar a ser el sustituto de Javier Duarte de Ochoa. Sería una simple extensión del poder que ejerciera su tutor político Fidel Herrera Beltrán.
Servidores públicos durante catorce años. Lapso de tiempo para realizar una licenciatura, maestría y doctorado en el roído quehacer político.

Caos por el cierre del bulevar
Ha provocado una gran irritación entre los habitantes de la zona conurbana el cierre de los fines de semana del bulevar Miguel Alemán y de la avenida costera para carreras de unos cuantos ciclistas o de corredores, creando un caos mayúsculo, que hace que miles de habitantes de estos municipios pierdan sus vuelos o que lleguen tarde a sus trabajos. La culpa se la echan al alcalde Miguel Yunes Márquez.

Toda una vergüenza
En la larga historia del poder legislativo, nunca se habían exhibido a un numeroso grupo de legisladores federales comprometidos con el monopolio de las empresas televisoras de México. Los supuestos representantes del pueblo mexicano trabajan de manera exclusiva para los intereses de un negocio, y los partidos políticos que los abanderaron para llegar al Congreso de la Unión se prestaron conscientes de lo ilegal que se pretendía con esta telebancada.
Tenía que ser una mujer, Purificación Carpinteyro, la que diera a conocer lo subterráneo de esta actividad del conglomerado de diputados y senadores, en su mayoría empleados de Televisa y televisión Azteca. Lo más grave es que no pase nada, no obstante a esta denuncia pública sobre la rampante corrupción. Aunado al cobarde silencio de sus compañeros en las cámaras.
Desde siempre se conoció que los dos últimos presidentes de México fueron candidatos protegidos y postulados de los concesionados medios electrónicos que así garantizaban su permanencia en el espacio.
La larga lista de los nombres de estos legisladores ha sido publicada y difundida por los escasos medios independientes que existen nuestro país. Por razones de espacio solo mencionamos algunos senadores, como Ninfa Salinas, hija de Ricardo Salinas; Javier Lozano, exsecretario de Trabajo de Felipe Calderón; Emilio Gamboa, coordinador de los priístas e impulsor de la Ley televisa, etc.