Por Catón
Columna: De política y cosas peores
La cosa se pone buena
2014-06-27 | 10:17:29
Le dijo un tipo a otro: “Compadre: estoy
muy preocupado”. “¿Por qué?” -inquirió
el otro. Responde el primero: “Creo que
su señora esposa, mi comadre, nos está
engañando”...
Los arqueólogos encontraron en Tierra
Santa los restos de un hombre que murió
en tiempos del Antiguo Testamento, y
determinaron con absoluta precisión la
causa de su muerte: infarto fulminante.
Y es que a su lado vieron una tablilla de
barro que decía: “Voy 500 dracmas a
Goliat”...
Pepito estaba inquieto, desasosegado:
“¿Qué te sucede?” -le preguntó su amigo
Juanilito. Responde el chiquillo: “Mis
papás me dijeron que me enviarán a pasar
los dos meses de vacaciones con mis
abuelos”. Opina Juanilito: “Eso no es tan
malo”. Con acento sombrío dice Pepito:
“Los cuatro están en el panteón”...
Definición de “fresa”: “Un hombre que
se sale de la regadera a hacer pipí”...
Babalucas trabajaba en un restorán
de comida rápida. Entró un asaltante y
le ordenó apuntándole con su revólver:
“¡Dame todo el dinero!”. Preguntó Babalucas:
“¿Para llevar?”...
“Juguemos a las escondidas -le propuso
Himenia Camafría, madura señorita soltera,
a don Vetulio, el maduro galán que la
visitó aquella tarde-. Voy a esconderme.
Si me encuentra usted tendrá derecho a
darme un beso. Si no me encuentra estaré
atrás del piano”...
“Doctor -anunció la enfermera-. En
la recepción está el Hombre Invisible”.
Respondió el facultativo: “Dígale que hoy
no puedo verlo”...
Cierto tipo excesivamente gordo acudió
a la consulta de un nutriólogo. Le dijo
éste: “Sé de un modo seguro para hacerlo
bajar de peso. Consiste en que todos los
alimentos deberá tomarlos por la parte
de atrás de su cuerpo”. Al sujeto ese método
reductivo no dejó de parecerle algo
radical, pero ya había puesto en práctica
inútilmente todas las dietas habidas y por
haber, de modo que decidió probar ésa.
A las cinco semanas regresó feliz con el
nutriólogo: había perdido 30 kilos. “Eso
de comer por atrás -le dijo al especialista-
me dio un resultado fantástico”. “Lo
felicito -dijo el facultativo-. Pero ¿por
qué mueve así las pompas?”. Explica el
individuo: “Estoy masticando chicle”...
La ola azul irá ahora hacia el norte. El
PAN, urgido de victorias electorales luego
de los reveses que ha sufrido a causa de
las desastrosas administraciones de Fox y
Calderón, tiene puestos los ojos en los tres
estados del noreste: Tamaulipas, Coahuila
y Nuevo León, y echará toda la carne al
asador para ganar esas entidades.
He hablado con panistas de altura -entre
1.80 y 1.95 m.-, y todos consideran que
la situación en esos estados es favorable
a Acción Nacional, por las particulares
circunstancias de política que privan en
cada uno de ellos. Opinan que en los tres
puede darse la alternancia.
Difícil es hacer vaticinios electorales
-más difícil aún que pronosticar el resultado
del partido Holanda-México-, pero
algo se puede asegurar desde ahora: la
cosa se va a poner buena.
Las 12 del mediodía en punto marcaba
el reloj de la cantina “El inmortal
invento de Noé” cuando entró en ella
Comodino Peroné, empleado de oficina.
El tabernero, que lo conocía bien pues
Comodino era cliente asiduo del establecimiento,
le preguntó extrañado: “¿Qué
haces aquí a esta hora?”. Respondió Peroné:
“Mi jefe se salió de la oficina, cosa
que nunca hace, y dijo que no regresaría
ya. Aproveché su ausencia para salirme
yo también y tomarme el día libre.
Vengo a echarme una cervecita. Después
iré a mi casa; comeré ahí con mi
señora, y luego me pondré a ver la tele y
a descansar el resto del día”. En efecto, el
tal Comodino se bebió su cheve muy a su
sabor. “Tómate otra” -le dijo el cantinero.
“No -declinó Peroné la invitación-.
A esta hora mi mujer ya tiene lista la
comida. Quiero llegar a tiempo de comer
con ella”. Salió en efecto. Grande fue la
sorpresa del tabernero cuando poco después
lo vio entrar de nuevo en la cantina.
“¿Por qué volviste?” -le preguntó intrigado.
Explicó Comodino: “Llegué a mi casa,
y mi mujer no estaba en la cocina. Subí a
la recámara y en ella escuché ruidos. Abrí
la puerta con cuidado, y vi a mi esposa en
la cama con mi jefe. Apenas estaban en
los preliminares, de modo que me dije:
‘Tengo tiempo de ir a tomarme otra cervecita’”.
FIN.

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