Jose Antonio González Anaya, director general del IMSS, vivió en carne propia lo que tiene que esperar, soportar y padecer un derechohabiente de esa institución hospitalaria para que sea atendido.
Se encontraba un fin de semana en la ciudad de Puerto Vallarta donde tuvo una caída, por lo que se dirigió a una clínica del IMSS para que lo atendieran, le dijeron los vigilantes que se formara en una larga fila de pacientes; pasada más de una hora, un empleado lo reconoció y de inmediato le avisó al director de la clínica lo que ocurría. Tremenda sorpresa se llevaron, tanto los directivos como los médicos y enfermeras, sobre quien era la persona que esperaba pacientemente a que lo curaran de las lesiones que había sufrido.
Para el funcionario originario de Coatzacoalcos le sirvió como una buena experiencia para solucionar el problema y las dificultades que confrontan día a día las decenas de miles de afiliados a esa institución social, considerada como la más importante del país.
No podía haber encontrado una mejor fórmula para adentrarse en la compleja problemática de cómo se otorga el servicio. Las revisiones y auditorías que se realizan periódicamente, por lo general, se les avisa previamente a los médicos, enfermeras y trabajadores, por lo que se preparan con anticipación, a fin de que las inspecciones no surjan problemas y se aprueben.
A partir de esa fecha que vivió el economista veracruzano, González Anaya, el sistema de supervisión dentro del IMSS va a cambiar.

Abandonado el túnel sumergido
Pasan los años y material, que estaba destinado para la construcción del Túnel Sumergido de Coatzacoalcos, es retirado y vendido como chatarra. Si no hay avances en dicha obra y no se da el mantenimiento apropiado, resultaba obvio que dichos elementos se destruirían con el tiempo.

Para ver al mundo
Mira la cocaína: verás polvo. Mira a través de la cocaína: verás el mundo.
“Escribir sobre la cocaína -en palabras de Roberto Saviano-, es como consumirla. Cada vez quieres más noticias, más información y las que encuentras son suculentas, ya no puedes prescindir de ellas. Eres adicto. Aún cuando te remitan a un esquema general, que ya has comprendido, esas historias fascinan por sus detalles. Y se te meten en la cabeza, hasta que otra -increíble, pero cierta-, ocupa el sitio de la anterior. Delante ves el listón de la adicción que no hace más que subir y ruegas para no caer nunca el síndrome de la abstinencia. Por eso sigo recopilándolas hasta la saciedad, más de lo que sería necesario, sin poder parar”.
Mario Varga Llosa afirma que “debemos agradecer a Roberto Saviano que haya devuelto a la literatura la capacidad de abrir los ojos y la conciencia.”
Su riqueza cultural y su innata capacidad de análisis y síntesis lo llevan a escribir con profundidad lo que sea.
El escritor italiano Roberto Saviano es autor del bestseller “Gomorra”, traducido a más de cincuenta lenguas.