Uno de los temas que laceran a la sociedad, es el referente a las desapariciones de personas, en su mayoría menores de edad y adolescentes; en el día a día del país son una constante y Veracruz no es la excepción, apenas el 10 de mayo pasado madres de familia y diversas organizaciones civiles marcharon en Xalapa y Veracruz para demandar la aparición de sus hijos.
En aquellas manifestaciones simultáneas se solicitó al gobierno del estado, resultados y respuesta a sus denuncias, apuntando que sus hijos no son números, ni estadísticas, “No son cifras, tienen nombres”; luego de lo anterior, el gobierno estatal, arrancó con la estrategia para erradicar la imagen de un estado inseguro y entonces lanzó una cruzada de aparente restitución.
Al parecer, los asesores del ejecutivo consideraron, que exhibir a padres y madres de familia, con “sus hijos recuperados” sería una buena estrategia –en cuestiones de marketing posiblemente sí- que limpiaría la imagen y así recomendaron al Gobernador Javier Duarte tomarse la foto con víctimas y familiares, en una de tantas medidas populistas, a las que, lo han lanzado como estrategia desesperada.
Ayer al dar su conferencia de prensa, apareció por segunda vez, rodeado de familias, víctimas de secuestro y de los propios afectados; lo terrible de tan errónea estrategia, es que se trata a los desaparecidos -como las propias madres lo juzgaron el pasado 10 de mayo- como una situación de cifras y estadísticas.
El problema radica en la exhibición de quienes han sido objeto de alguna acción ilegal como la privación de la libertad por parte de grupos delincuenciales, quienes al ser expuestos corren un segundo riesgo, acción que además se contradice con lo establecido en los tratados internacionales, las leyes secundarias y por supuesto la propia Constitución Política de los Estado Unidos referente a los Derechos Humanos y Garantías Fundamentales.
Muchas de las familias que son expuestas mediante una fotografía donde aparece el ejecutivo, arropándolos y sonrientes, por obvias razones, han sido víctimas de hechos delictivos y por lo tanto , exhibirlas ante los medios de comunicación es vulnerarlas aún más, sin importar su condición; con esta acción se muestra que el fin del gobierno es única y exclusivamente de imagen pública, mostrar la actuación del estado, y ello no estaría mal, si se limitaran a cumplir con su función, sin vulnerar a las personas objeto de delito.
Ayer el Gobernador Javier Duarte de Ochoa dio a conocer que como resultado del trabajo de la Procuraduría fueron localizados 160 veracruzanos más que se encontraban en calidad de desaparecidos y en total dijo se han recuperado 186 personas que han sido reintegradas a sus familias. Y precisó que “algunas” de las personas ahí presentes fueron recuperadas luego de ser secuestradas.
Ahí en un evento carente de protección a los Derechos Humanos y contrario a lo establecido en la Ley General de Victimas recientemente promulgada por el Presidente Enrique Peña Nieto, se pusieron de pie 65 de las personas recuperadas y Duarte expresó que dichas acciones son prueba del trabajo eficaz y comprometido de las instituciones. Ese es el único interés mostrar “resultados, sin importar la protección de los sujetos de delito.
Entre otros aspectos de la citada Ley promulgada a principios de mayo, no solo se protege a las víctimas y ofendidos (familiares de las victimas) sino se procura resarcir los derechos de los miles de mexicanos, víctimas de la delincuencia organizada. Así como establecer la figura de reparación integral de daños con el pago de indemnizaciones y atención especializada.
Así queda una vez más demostrado que al Gobernador le urgen asesores especializados, conocedores de los derechos humanos y ante todo constitucionalistas, porque no se puede operar en contrasentido a la protección y garantías de nuestra legislación y menos con afanes protagónicos, mediáticos o de imagen pública; sus colaboradores le siguen haciendo daño no solo a los veracruzanos, sino al propio ejecutivo del estado.

@magzamu