En legítimo derecho quienes expresan sus aspiraciones
Religión no tiene por qué afectar el respeto a los derechos de las personas
Magda Zayas Muñoz (@magzamu)
El hecho de expresar aspiraciones políticas, es considerado para muchos como una falta de respeto, lo cual constituye un gran error; el exteriorizar un deseo, no implica en ninguno de los ámbitos un menoscabo, el problema aquí radica en el complejo del político que se siente ofendido cuando otro decide hacer pública su pretensión de llegar al cargo que actualmente ocupa; grave error en un país de pretendidas libertades, sí los políticos o autoridades son los primeros en coartar el derecho de la libre expresión de las ideas, entonces es claro entender porque estamos como estamos.
Por ello, ahora que tan solo faltan cerca de dos años y medio para que se renueve la gubernatura de la entidad, es válido y apegado a derecho que levanten la mano o la voz quienes anhelen constituirse en candidatos a la gubernatura de sus diferentes partidos políticos, sin que ello signifique una falta de respeto, sino por el contrario una exteriorización de un deseo personal que en ningún momento está suprimido y sí respaldado por nuestras leyes.
Conforme los meses transcurran, el fervor por la sucesión se hará cada vez más marcado y eso lo sabe quién actualmente gobierna, es casi una norma en política, y para ello los mandatarios tienen que estar preparados; en Veracruz cada día se clarifica más el escenario, y aunque aún faltan muchos meses, ya varios han expresado su aspiración y otros aunque no lo hagan, sus acciones son más que notorias.
Así como lo hemos consignado, Veracruz tiene ya en su haber, un panorama de quienes podrían contender, pero no solo eso, sino también de quienes tienen mayores posibilidades, por la simpatía popular o su labor, como en el caso por el PRI de los senadores José Yunes Zorrilla y Hector Yunes Landa, por el PAN el senador Fernando Yunes Márquez y por el PRD -partido que actualmente atraviesa una crisis tremenda- el único que se vislumbra es el veracruzano, Elías Miguel Moreno Brizuela.
Tres Yunes en la lista para la gubernatura con amplias posibilidades que ya caminan por el territorio veracruzano, conscientes de que la cercanía con la ciudadanía y la respuesta a sus demandas será su carta fuerte, en un escenario donde se muestra hartazgo y enojo de promesas incumplidas ante la falta de desarrollo en sus comunidades que les permitan un mejor nivel de vida. Así las cosas en el camino por la titularidad del poder ejecutivo.
LEY DE CONVIVENCIA
Por cierto, que en lo que se refiere a la iniciativa de Ley de Convivencia -que permite la unión entre dos personas del mismo sexo- propuesta por el diputado Cuauhtémoc Pola, ayer la iglesia católica, fue una vez más interrogada sobre su postura, a través de su vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes, quien confirmó su desacuerdo y su NO participación en los foros de discusión que lleva a cabo el poder legislativo de la entidad.
Para el portavoz de la iglesia católica refirió que tanto la sociedad como los legisladores ya conocen el pronunciamiento pues han presentado la argumentación para que exista una conversión intelectual y se comprendan los señalamientos en lo que se basa la postura de la iglesia católica.
Para el sacerdote, dicha Ley se promueve con fines únicamente con fines políticos “que no se guíen por sus intereses de partido porque puede ser esa una tentación o el fondo de una iniciativa. Aquí oramos por todos, no es necesario ir al Congreso, aquí estamos no solo presentando un oración si no argumentos obre nuestra postura de por qué nos oponemos a una iniciativa de ley como esta”.
Lo cierto sobre esta propuesta, es que como ya lo expusimos en días pasado, la religión debe de estar al margen de un acto de estricto derecho, como es el otorgar garantías a quienes por su condición sexual son discriminados, violentados y desprotegidos, situación que no se puede seguir permitiendo y que contradice lo establecido por nuestra Constitución Política, leyes y tratados internacionales.
Tomando en cuenta que vivimos en un país laico, es decir independiente de cualquier organización o confesión religiosa como la Constitución lo señala, en el cual las autoridades políticas no se adhieren públicamente a ninguna religión determinada, ni las creencias religiosas influyen sobre la política nacional, está demás apuntar que una postura religiosa es respetable, pero no tiene, por ningún motivo, que intervenir en una situación de respeto y reconocimientos a los derechos de personas por su preferencia sexual.
La fe no está peleada con la política y es muy restable, porque todos y cada uno de los ciudadanos profesamos alguna religión o creencia, pero ello no tiene por qué afectar el derecho de las personas a una vida de igualdad.