Es de esas notas que pasan desapercibidas y que tienen importancia para los que se dedican al mágico oficio de la noticia. En el nuevo protocolo de la Secretaría de Seguridad Pública donde se dejó claro que cualquier agresión que sufran los periodistas se considerará como falta grave y se procederá al castigo a la autoridad responsable de ese ilícito.
Lo único que pueden hacer los policías es lo que la ley permite, como acordonar el área del delito, proteger las evidencias que existan en la escena y resguardar la identidad de víctimas y detenidos.
Eso figura en la Constitución y en la Ley de la Reforma Penal como es lo referente a la presunción de inocencia. Los policías solo pueden sugerir y dar indicaciones a periodistas de situaciones de riesgo o hechos que puedan afectar la integridad de los presentes.
Lo más importante es que en ningún caso los policías podrán detener a ningún periodista, si eso ocurriera o hubiera alguna agresión, pero sobre todo no podrán impedir el trabajo periodístico, agredir, detener, incautar las cámaras o destruir el material fílmico, mucho menos deteriorar grabadoras o inutilizar material que usa el reportero en el medio que labora.
Lo anterior figura dentro de los Lineamientos Generales para el uso de la Fuerza Pública y contempla a detalle cómo deben conducirse los cuerpos policíacos, por lo que se considera como un gran avance en la tarea de la impartición de justicia. Una conquista del periodismo veracruzano.

Diputados como tapadera
Como siempre, se trata de proteger a políticos importantes y se dan instrucciones para que la información sobre los graves delitos cometidos por los socios principales de la empresa Oceanografía con contratos multimillonarios con Pemex se considere como información reservada.
El sobado pretexto de no entorpecer las investigaciones que realiza la PGR. Hasta a los diputados les advirtieron que cuando se presentó el director de Pemex, Emilio Lozoya, preguntas y respuestas debieran ser tratadas con “sigilo y la secrecía que la ley prevé”.

El final de Televisa
Siempre se comentó que el presidente Enrique Peña Nieto era el candidato de Televisa, y que por lo tanto, esta empresa tendría ciertos privilegios y ventajas. Creo que nunca pensaron los directivos de esta televisora que dirige Emilio Azcárraga Jean, el nieto del creador de este emporio, que durante la administración priista se autorizara la creación de dos cadenas abiertas de televisión, creando una fuerte competencia a lo que era considerado el duopolio que compartían con Televisión Azteca de Ricardo Salinas Pliego.
Con los nuevos rivales en la televisión abierta viene el derrumbe financiero y el desplome de la costosa publicidad que exigían obligando a los anunciantes al pago adelantado.
Los años de gloria donde los conocidos conductores de este medio electrónico se habían convertido en jueces de la vida nacional. Ellos decidían quién era el bueno o el malo de la película política, social y económica de la sociedad mexicana de acuerdo a los intereses particulares de los dueños de las televisoras.
Es la gran sorpresa que está dando el Gobierno Federal, quien da término y punto final a los intocables de todos los tiempos.

PIE:

MAQUI 2:Emilio Lozoya Austin

MAQUI 3: Enrique Peña Nieto