Por Raymundo Jiménez
Columna: Al Pie de la Letra
Silva: la rifa del tigre
2014-02-20 | 09:45:52
De los cambios que se barajan en
el gabinete del gobernador Javier
Duarte de Ochoa y que están
por oficializarse –aparte del de
Amadeo Flores Espinosa, quien
ayer mismo fue sustituido en la
Procuraduría General de Justicia
del Estado por Luis Ángel Bravo
Contreras, exmagistrado presidente
del IVAI, quien momentáneamente
quedó en calidad de
“Encargado de Despacho” de la
PGJE en tanto el Congreso local
ratifica su nombramiento como
titular–, el que más ha llamado la
atención es el de la Coordinación
General de Comunicación Social,
y no tanto por la anunciada
salida de Gina Domínguez Colío
sino por el inminente arribo de
Alberto Silva Ramos, quien dejaría
el generoso escritorio de la
Sedesol para asumir el incómodo
y desgastante cargo de la vocería
del gobierno duartista.
Y es que desde a mediados de
agosto del año pasado, cuando de
manera precipitada fue sacado
de la alcaldía de Tuxpan para que
sustituyera en Xalapa a Marcelo
Montiel en la Secretaría de Desarrollo
Social –no obstante que
a Silva solo le faltaban menos de
cinco meses para que concluyera
su administración municipal–,
los rumores en las mesas de café
y en los principales corrillos políticos
de la capital veracruzana
se desataron en torno a la promoción
del exmunícipe tuxpeño,
considerado a partir de entonces
como el “delfín” del gobernador
Javier Duarte para sucederlo en
la gubernatura en el 2016.
A Silva comenzó a considerársele
como el “Plan B” del gobernador
Duarte de Ochoa luego de
la trágica caída del exalcalde de
Boca del Río, Salvador Manzur
Díaz, quien en mayo de 2013 tuvo
que renunciar como secretario
de Finanzas y Planeación por el
escándalo mediático en que fue
implicado por la dirigencia nacional
del PAN en pleno proceso
electoral local y que repercutió
en la mesa del Pacto por México.
Pero coincidentemente ahora
que Manzur acaba de ser reivindicado
como delegado estatal de
Banobras –cargo avalado por el
director general Alfredo del Mazo
Maza, primo del presidente
Enrique Peña Nieto, a pesar de
la impugnación que por escrito
presentó el senador veracruzano
Fernando Yunes Márquez, del
PAN–, Silva no solo había recibido
la instrucción de Palacio de
Gobierno para que suspendiera
sus giras y actos masivos de entrega
de apoyos de la Sedesol sino
que ahora sería enviado, contra
su voluntad, a dirigir la Coordinación
General de Comunicación
Social que se ha convertido
en un área gubernamental de
arenas movedizas, no solo por la
crisis política que detonó el mal
manejo del homicidio del reportero
policiaco de Coatzacoalcos,
Gregorio Jiménez de la Cruz, sino
también por la perversa relación
tradicional con los medios de
comunicación que se ha vuelto
inmanejable porque la actual
administración, a causa de la
desastrosa situación financiera
heredada por el fidelato, ha tenido
que recortar y desaparecer
convenios periodísticos que el
sexenio anterior se multiplicaron
y cuyos montos, en algunos casos,
eran realmente estratosféricos e
injustificables.
Y es que en el sexenio del gobernador
Fidel Herrera también
hubo varios periodistas muertos
y desaparecidos, entre ellos el
poderoso editor del diario “La
Opinión” de Poza Rica, Raúl
Gibb Guerrero, así como cadáveres
desmembrados por doquier
–hasta en las puertas de Palacio
de Gobierno y en los domicilios de
algunos funcionarios estatales–,
más sin embargo, Herrera Beltrán
y sus operadores políticos
y mediáticos lograron contener
la situación, a pesar de que en el
gobierno federal, en poder del
PAN, despachaban algunos de
los enemigos más enconados del
priista cuenqueño.
Fidel fue tan hábil que hasta
logró salir bien librado del
secuestro y desaparición del
administrador de la Aduana Marítima
del Puerto de Veracruz,
Francisco Serrano Aramoni, un
funcionario federal muy cercano
al expresidente Felipe Calderón.
Si en efecto Silva sustituye a
Gina Domínguez en la CGCS,
el tuxpeño se habrá sacado la
rifa del tigre. Y aunque aparentemente
solo permanecerá
alrededor de un año –pues se
da como un hecho que en 2015
será postulado como candidato
del PRI a diputado federal por el
distrito de Tuxpan–, habrá que
ver si logra resistir la metralla
mediática o qué tan desgastado
sale para enfrentar airoso la
siguiente aventura electoral, de
cuyo resultado dependerá que
se le encarte o descarte para la
sucesión gubernamental del
2016.Por lo mientras, aunque
es un político inteligente y culto,
con buen manejo de medios y
gran oficio político, pero se ve
sumamente complicada la nueva
encomienda que estaría por recibir
del gobernador Duarte, quien
además tenía otras opciones para
ese cargo, como por ejemplo el
secretario de Salud, Juan Antonio
Nemi Dib, un político muy
versátil y mediático que en 1990
le coordinó Comunicación Social
al gobernador Dante Delgado. Y
es que Silva, si bien es cierto que
es un excelente orador y redactor
de discursos, tampoco es Paul
Joseph Goebbels, aquel famoso
ministro de propaganda de la
Alemania nacionalsocialista
y figura clave en el régimen de
Adolf Hitler, su amigo íntimo,
igual que como el tuxpeño parece
serlo también de Duarte de
Ochoa.
Por supuesto no faltarán
aquellos que quieran compararlo
con aquél político hitleriano
nomás porque hace un par de
años denunció penalmente y encarceló
a dos comunicadores de
Xalapa –entre ellos un amigo de
un senador priista obsesionado
por la gubernatura de Veracruz–
que lo quisieron extorsionar en
la alcaldía de Tuxpan con un
millón de pesos, aunque finalmente,
por la presunta intercesión
del exgobernador Herrera,
terminó otorgándoles el perdón
judicial.

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