Desde hace más de 8 años en materia política la entidad veracruzana está enfrascada en un enfrentamiento entre dos grupos de poder.
Situación que le hace mucho daño al Estado porque simplemente no puede haber acuerdos entre los partidos políticos porque estos dos personajes se entrometen con tal de afectar a uno con el otro.
Las “cabezas” de esos grupos son dos ya muy conocidos por la opinión pública y que se conocen entre ellos muy bien: Fidel Herrera Beltrán y Miguel Ángel Yunes Linares.
Desde el momento de que Yunes Linares se enteró de que Herrera Beltrán sería nominado candidato priista al gobierno de Veracruz en el 2004, empezó esta “batalla” sin fin.
Cada uno por su lado poniéndole “piedras en el camino” al otro, sin importar que el proyecto o el gobierno lo encabecen otras personas distintas a sus figuras, y muchas veces ajenas incluso a sus grupos.
Por eso Yunes ataca sistemáticamente al actual gobierno estatal por considerar que es aún parte de la “fidelidad”, ya que en su momento el “Fidelismo” hizo lo mismo con el yunismo, donde iba al frente el hijo mayor de Miguel Ángel, que fue alcalde de Boca del Río en el 2007 y después con Fernando Yunes, el senador actual del PAN.
Ante esta situación los estudiosos de la política señalan que cuando una situación así se presenta en una “comarca” lo mejor es buscar que pasado el periodo, llegue al poder un personaje distinto a estos grupos, que no tenga pasados que lo ligan con una u otra corriente, de esa manera podría mediar y acabar con ese enfrentamiento político que no hace avanzar en nada en acuerdos al gobierno y a los partidos.
Desde el altiplano no ven con buenos ojos que prevalezcan esos odios entre un par de grupos antagónicos, pues aunque Herrera Beltrán ya no es gobernador dejó a sus discípulos gobernando y aunque Yunes Linares hoy no tiene cargo público tiene a sus dos hijos vigentes como alcalde boqueño y senador de la República, finalmente la estrategia que había buscado.
Así las cosas, un análisis de prospectiva hiciera pensar que en el CEN nacional pudiera venir algún veto sobre los prospectos que se han manejado y que son actualmente funcionarios del gobierno próspero.
Sobre todo porque el oriundo de Soledad de Doblado sigue empeñado en denostar a sus enemigos públicos como sucedió el pasado domingo cuando convocó a una rueda de prensa para realizar un contra informe del tercer informe de labores del mandatario Javier Duarte de Ochoa.
Una “guerra sucia” que ya incluso hartó a los ciudadanos porque se trata de confrontaciones estériles que en nada ayudan a mejorar el nivel de vida de los veracruzanos.
De otra manera, se verá muy difícil que a los Yunes “azules”, como les llaman, tomen acuerdos con otros personajes si salen nominados de la “aldea veracruzana” porque a los “locales” del tricolor el grupo contrario los señalan de tener acuerdos con Herrera Beltrán y que de esa manera todos los actores políticos que aspiran a la sucesión están de una manera u otra “amarrados” con este personaje y eso será imperdonable para los Yunes “azules”.
Esa circunstancia podría favorecer al senador del PRI, José Francisco Yunes Zorrilla, ya que él no es parte de ninguna de esas dos camarillas políticas en el poder y que están en el Estado, por ende su grupo está libre de cualquier acusación entre estos dos bandos uno del PRI y ahora otro del PAN (pero con ligas expriistas) que tienen confrontado políticamente a Veracruz.
No obstante aun faltan tres años para la sucesión y hay un par de veracruzanos más que están en el gabinete federal y que tampoco están identificados con esos grupos antagónicos.
Ampliación del puerto, el detonante
En la reciente gira del secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, se detalló finalmente la información que hace ver los alcances de la ampliación del puerto, tan polémica y prolongada en su licencia.
En las maquetas aparece impresionante la magna obra federal, y seguramente cuando concluyan los trabajos de la ampliación Veracruz será otro en todos lo sentidos.
Se espera que el desarrollo económico sufra impactos pues según las cifras ya públicas de que se invertirán 60 mil millones de pesos y se abrirán más de 100 mil plazas laborales, tanto como temporales, el puerto tendrá otra perspectiva.
La semana pasada Ruiz Esparza, acompañado de Javier Duarte, recorrieron el lugar donde será construida esta obra que, por su magnitud, será la más grande de la historia de nuestra entidad.
Los funcionarios vieron las maquetas del imponente proyecto que seguramente, y esa es la noticia, comenzará en este mismo año.
Y contra los trabajos petroleros en puerta en costas veracruzanas, seguirá liderando el sector portuario marítimo.
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