Quien diga que ya entre la familia Yunes Linares y sus vástagos no hay una “lucha” interna por ver quien podría ser nominado a la precandidatura panista a la sucesión gubernamental para el 2016 en Veracruz está mintiendo.
Entre los cercanos a la familia se cuenta que hasta lucha ha dividido a los Yunes azules en dos bandos, por un lado, Fernando, el senador, quien tiene todo el apoyo de su hermano Omar, quien es el empresario de la familia y por otro lado, Miguel Angel junior, que volverá ser alcalde de Boca del Río el “terruño” de poder de estos expriistas.
Sin embargo, los que conocen a la familia señala que el patriarca de la familia, Miguel Ángel Yunes Linares, aun no decide cual de sus dos hijos podría ser el sucesor de esta casta que desea por todas formas gobernar el Estado, ya que también señalan que el exdirector del ISSSTE también aun aspira a tener de nuevo esa candidatura porque en el 2010 se quedó a poco mas de 80 mil votos de lograrla.
No obstante, el pleito se está viviendo en el seno de la familia porque los 3 hijos están enfrentados ya entre sí, y, según las versiones, las discusiones por lo mismo han sido muy agrias que aún el papá ha logrado controlar, pidiéndoles que se centren a trabajar en sus posiciones políticas que tienen y que aun falta un año para tomar la decisión.
Pero el caso es que estos “pleitos” no sólo se dan entre los herederos del clan Yunes sino entre sus propios empleados de alto rango porque hasta en los partidos de futbol que disputan entre ellos entre broma y broma señalan que el que gane los encuentros seguro su jefe será nominado como candidato a gobernador.
La “bomba” ahí está entre los Yunes Márquez y es casí seguro que explote cuando se deban perfilar con el escenario mas cercano o pasando el próximo proceso electoral federal. Y deberán tener un buen plan para no “fracturarse”.
Por lo pronto pasaron la primera aduana al lograr mantener para su grupo el comité municipal panista de Boca del Río en manos de Luis Emilio Díaz Ibarra, un leal y peón político de la familia.
Pero su “prueba de fuego” donde difícilmente podrán pasar será ganar el comité estatal panista en la próxima elección a dirigente estatal donde sin duda el control político lo tiene el equipo Xalapa encabezado por la dupla Alejandro Vázquez Cuevas - Enrique Cambranis aliados con el grupo de Julen Rementería del Puerto quienes ya manejan el nombre del alcalde Tito Delfín Cano para la contienda en donde seguramente los neopanistas mandarán a alguien.
Se viene la “guerra” tanto interna como externa para esta familia, a ver si salen bien librados.
Un veracruzano en escándalo nacional
Que el panista Víctor Serralde Martínez es uno de los diputados federales veracruzanos acusado de cobrar diezmo a los alcaldes a cambio de gestionarles recursos ante la federación. Su coordinador de bancada en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal, es el líder de la mochada y del cochinito que usa para financiar a su grupo.
Una versión que circula desde ayer señala que de acuerdo con testimonios de ediles y legisladores que publicó el periódico Reforma, Villareal se reúne con los ediles para ofrecer el apoyo y días después los diputados más cercanos al líder legislativo acuden a las presidencias municipales para informar que se aprobó su solicitud, pero que ahora necesitan ayudar al grupo político del panista.
Entre los operadores para el cobro del diezmo o la mochada se encuentran el diputado federal panista por el distrito de Huatusco, Víctor Serralde Martínez, quien además fue operador de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en Veracruz cuando Miguel Ángel Yunes Márquez, próximo alcalde de Boca del Río, fungió como delegado.
Es un buen chisme en la politica nacional pero que ya alcanzó a los legisladores veracruzanos.
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