Por Maquiavelo
Columna: Se Dice Que
2013-11-18 | 22:16:24
Las tres cartas del Tío

Es una antigua norma política que se repite en todos los sexenios y es el atinado consejo de un gobernador saliente cuando le deja tres cartas al sucesor. La única condición es que las abra de acuerdo a los tiempos marcados. Son precisos mensajes escritos que están debidamente posfechados.

La primer carta la debe abrir pasados los primeros años, en el texto se dice: “Si no logras consolidar tu gobierno y las cosas salen mal, échame a mí toda la culpa. La mala administración del pasado es la responsable de los actuales problemas estatales. Es el momento de recriminarme e imputarme toda clase de errores gubernamentales”.

Al llegar al cuarto año lo más seguro es que las circunstancias financieras, sociales y políticas sigan mal en la entidad, es la fecha de abrir de la segunda carta: “Hay que cambiar por completo el gabinete y denunciar a los malos funcionarios que no han sabido corresponder a la confianza depositada. Con nuevos secretarios es posible que la grave situación se podría llegar a componer.”

Cuando se acerca el final de la administración estatal el gobernante en turno debe abrir la tercera carta. El mensaje es corto y breve: “ Llegó el momento preciso que te corresponde escribir las tres cartas y le dejes los mismos mensajes al que te vaya a suceder”.

Inexplicable abandono

El legislador petista Fidel Robles señaló que es lamentable que en la entidad veracruzana existan tantas obras abandonadas después de que ya se ejercieron tantos recursos millonarios de la federación y del estado.

Es evidente que el gobierno estatal ha sido demasiado campechano y obsequioso con las empresas ineficientes que sólo llegaron a Veracruz a enriquecerse. El argumento de los empresarios es que ellos pagaron puntualmente los diezmos a cambio de tener ventajas y precios alzados. Si son socios.

La segunda vuelta en México

Tiene toda la razón el Comité Ejecutivo Nacional del PRI y la gran mayoría de los militantes de este partido político de oponerse a la reforma electoral que propone la segunda vuelta en las elecciones presidenciales.

El ejemplo lo tienen con lo ocurrido el pasado fin de semana donde se celebraron comicios en la República de Chile y la candidata de la izquierda Michelle Bachelet, prácticamente arrasó a la candidata de la derecha, Evelyn Matthei, con más de veinte puntos de diferencia. No obstante haber logrado que el 46.68 de los chilenos sufragaran por ella al no alcanzar el 50 por ciento se tienen que reincidir los comicios en los primeros días de diciembre.

Si en México se tuvieran que repetir las elecciones de las últimas seis elecciones donde los ciudadanos del PAN y del PRI que llegaron a la Presidencia de la República apuradamente llegan a contar con una tercera parte de los electores y la diferencia con el que ocupó el segundo lugar nunca rebasó los seis puntos. Es decir que no contaron ni siquiera con la mitad de los ciudadanos mexicanos.

Pero el problema es aún más grave en nuestro país. Para los partidos mayoritarios que ganaron no tendrían tantos recursos para comprar en dos ocasiones los votos. Con la salvedad que los electores que aceptaron vender su voluntad ciudadana, en la segunda vuelta se cotizarían más alto.
Sin lugar a dudas serían las elecciones mas caras de la historia.

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