Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Un cuento de color
2013-11-09 | 10:14:48
Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, logró por fin que Claribella, mujer de enhiesta proa y opimo caderamen, accediera a hacerle dación de sus encantos a título gratuito y en forma pura y simple, quiero decir sin condiciones.
Fue con ella a un motel de corta estancia, y tras un brevísimo foreplay –duró 15 segundos- la llevó a la cama.
Se perfilaba ya para consumar el anhelado trance cuando de súbito sonó su celular. Era su esposa, que le anunció con dramático acento: “Tu papá acaba de morir repentinamente. Es necesario que vayas de inmediato a casa de tu madre”. “¡Voy ahora mismo!” –exclamó el tal Pitongo.
Luego, levantando los ojos al cielo, exclamó lleno de emoción: “¡Va por ti, ’apá!”. Y ¡ñácatelas!...
Le dijo el Señor a Moisés: “Te tengo dos noticias, Moi, una buena y una mala”. “¿Cuál es la buena?” –preguntó el gran legislador de los israelitas. Respondió el Todopoderoso: “Si el Faraón no deja que mi pueblo salga enviaré sobre Egipto una serie de terribles plagas: langostas, ranas, moscos, y convertiré en sangre las aguas del Nilo.
Si el Faraón te persigue dividiré las aguas del mar Rojo para que puedas pasar con tu gente y escapar de su tiranía, y luego las volveré a juntar para que se ahogue el ejército egipcio”. “¡Fantástico! –se alegró Moisés-. Pero dime: ¿cuál es la mala noticia?”.
Contestó el Señor: “Antes de que haga yo todo eso deberás presentar por escrito una declaración de impacto ambiental”…
Aviso: Al final de esta columnejilla viene un cuento de color subido. Las personas con escrúpulos morales no deben leerlo. Pídanle a alguien que se los lea…
Una encuesta reciente demostró que los mexicanos tenemos en poco a la democracia. No creemos que pueda ser el remedio de todos nuestros males, ni la panacea que aliviará las calamidades y agobios que sufrimos. Me explico esa apreciación.
El mayor enemigo de la democracia es la pobreza. México es un país de pobres, y en nuestro tiempo un pueblo pobre no puede ser un pueblo democrático.
Entre los peores efectos de la pobreza está la ignorancia; sin educación es imposible ejercitar ese importante bien social, la democracia. Cuando logremos abatir el grave problema de la pobreza en México podremos aspirar, entonces sí, a ser un país verdaderamente democrático. (Nota: Según estudios serios eso sucederá el año 3095. De nuestra era, claro)…
Viene en seguida el cuento tremendamente rojo que arriba se anunció. Lo leyó doña Tebaida Tridua, presidenta ad vitam interina de la Pía Sociedad de Sociedades Pías, y vino al suelo poseída por un espasmo de salaam, llamado también salutatorio, que la obligó a doblarse hacia adelante repetidas veces, hasta que en una de ellas perdió el equilibrio.
Las personas temerosas de sufrir un accidente igual deben saltarse hasta donde dice FIN…
El joven marino hijo del Comodoro Mayor del Reino contrajo nupcias con una hermosa doncella perteneciente a una de las mejores familias de la mancomunidad. Para su boda la chica se compró unos zapatos que le quedaron un poco apretados, y que con los ires y venires del casorio, y después con la fiesta y el baile, le fueron apretando más y más.
Cuando acabó el jolgorio los novios fueron a la habitación donde pasarían su noche de bodas, en la casa de los padres del desposado. El cuarto estaba junto a la habitación de los papás.
Apenas entraron, la recién casada se desplomó en el lecho. Le dijo a su flamante maridito en voz tan alta que la alcanzaron a escuchar el Comodoro y su esposa: “¡Ya no aguanto! ¡Quítamelos!”. Y con el dedo le señaló los zapatos. Él empezó a quitarle un zapato, pero no lo podía sacar. “Está muy apretado” –comentó.
“¿Lo ves? –le dijo en voz baja el Comodoro a su mujer-.Te dije que la muchacha era virgen”. “Hazlo con todas tus fuerzas –le pidió la muchacha al novio-. No me lastimarás; yo aguanto lo que sea”. En la habitación vecina los papás del novio lo oían todo con gran interés.
El chico logró al fin quitarle el zapato. “¡Ohhh! –lanzó un suspiro de satisfacción la novia-. ¡Qué rico se siente!”. Y los papás oyendo.
El muchacho, entonces, procedió a tratar de quitarle a su mujercita el otro zapato. “¡Caramba! –exclamó al hacer el primer intento-. ¡Éste otro está más apretado todavía!”. Oyó eso el Comodoro y le dijo con gran orgullo a su mujer: “¡Ése es mi hijo! ¡Marino una vez, marino siempre!”. (No le entendí)… FIN.

MIRADOR.
Por Armando Fuentes Aguirre
Jamás se había visto en la comarca un unicornio.
Cierto día apareció uno. Era, como los sueños de una virgen, blanco, y tenía en la frente un largo cuerno de marfil.
Ningún otro unicornio había en el mundo. Por eso todos los caballos de la tierra se juntaron para verlo. Desfilaron frente a él. Unos lo veían con admiración; otros con miedo; con envidia todos. Exclamaron:
Qué raro es! ¡Tiene un cuerno!
También el unicornio vio a los caballos. Después de verlos dijo para sí, asombrado:
¡Qué raros son! ¡No tienen cuerno!
¡Hasta mañana!...

MANGANITAS.
Afa
“… Libera la CNTE las calles del Monumento a la Revolución…”.
Hacedores de desgracias
son los profes de la CNTE.
Mancera, seguramente,
ahora les dará las gracias.

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