Por Catón
Columna: De política y cosas peores
El principio de algo
2013-11-06 | 09:18:11
“El mejor anticonceptivo es una aspirina”. Eso le dijo doña Macalota a su hija que se iba a casar. “¿Una aspirina?” –se sorprendió la chica. “Sí –confirmó la señora-. Puesta de espaldas en la cama la sostienes con las rodillas, y en toda la noche no dejas que se caiga”.
Pepito les informó a sus papás que había decidido ser doctor cuando estuviera grande. Sería ginecólogo. Le preguntó su mami: “¿Por qué precisamente ginecólogo?”. Respondió el niño: “¿Te imaginas la cantidad de hombres que tendría trabajando para mí en las noches?”.
Simpliciano estaba en el departamento de Pirulina. Después de tomarse una copa le dijo: “Ahora voy a hacerte la mujer más feliz del mundo”. Preguntó ella, jubilosa: “¿Ya te vas?”.
Susiflor fue llevada ante el juez. Se le acusaba de ejercer la prostitución en la vía pública. “¿Por qué anda en eso? –la amonestó el juzgador-. Se ve que es usted de buenas familias”. Señor juez –explicó ella-: a los 18 años empecé a escribir mi diario. Hace seis meses lo leí, y estaba muy aburrido”.
La palabra “en” es una palabra pequeñita. Y sin embargo con ella empieza el Quijote. Lo más difícil de una obra es empezarla. Yo tengo para mí que luego de que Cervantes escribió esa palabrita: “En”, todo lo demás se le dio por añadidura.
Pero advierto que me estoy alejando de mi tema. Mejor dicho: advierto que ni siquiera me he acercado a él. Para acercarme empezaré por decir cuál es mi tema. Podría llamarse así: “La intervención militar se da en los países de América Latina cuando por incapacidad de los gobiernos civiles el Estado se vuelve un estado fallido”.
El título es largo, ciertamente, pero bastó que escribiera yo la palabra “La” para que lo demás siguiera solo. El Ejército se hizo cargo de la seguridad pública en Lázaro Cárdenas, Michoacán, y personal de la Secretaría de Marina asumió la administración y la capitanía del Puerto.
No es muy grande esa población. Es pequeña, como la palabra “en”. Y sin embargo podría ser el principio de algo que quizá seguirá si las autoridades civiles continúan perdiendo a manos de la delincuencia organizada su dominio sobre zonas cada vez más amplias del territorio nacional.
Cuando el Gobierno deja de gobernar los ciudadanos se olvidan de cosas como la democracia o la libertad y piden un gobierno de mano firme que los proteja y salve del caos y la anarquía.
Y ya no digo más, pues lo que acabo de decir me provocó repeluznos, calosfríos y repeluses que me bajaron por la espina dorsal desde las vértebras cervicales hasta no quiero decir dónde.
Un hombre casado tenía una querida. En su caso eso se explica a la luz de lo que podría llamarse geoética. Vivía el tal sujeto en una ciudad cálida, del trópico, y en esos climas -los del sur- las cosas de la carne son más cosas y asumen mayor carnalidad que en las temperies gélidas.
¿Acaso hay en Finlandia un carnaval como el de Río? Bien escribió Lord Byron en Don Juan: “… What men call gallantry, and gods adultery, / is much more common where the climate’s sultry...”. (A propósito de esta última palabra véase el divertido film “Throw momma from the train”,1987, con Danny DeVito, Billy Crystal y Anne Ramsey).
El caso es que el hombre de mi historia, perjuro, desleal, falso como era, recelaba lo mismo de su mujer legítima que de su abarraganada. “El león cree que todos son de su condición”, reza el sabio proverbio popular. Así, las invitó a las dos por separado a ir a un crucero, y a última hora se disculpó con ambas por no poder acompañarlas, a causa –les dijo- de un asunto de negocios de última hora.
Previamente había contratado a un detective privado para que las vigilara durante el transcurso de la navegación y le informara luego cómo se habían comportado. No le dijo que tenía relación con ellas; le contó que eran funcionarias de su compañía y que deseaba conocer su forma de conducta.
Al regreso del viaje el investigador le dio su reporte: “La mujer joven –le dijo- es una zorra impúdica, procaz y libertina: cada noche se acostó con un hombre diferente.
En cambio la señora mayor es una dama: llegó al barco con su marido, por cierto bastante más joven que ella, y todo el viaje se lo pasó con él sin salir de su camarote”. (Caón, hagamos un cálculo conservador, de tres al día. El crucero duró 19, desde Southampton hasta San Petersburgo, de modo que saquen ustedes la cuenta, sumando el del estribo y el caminero. ¡Se desquitó bien la señora del ayuno a que por causa de sus devaneos la tenía sujeta su infidente esposo!)… FIN.
mirador
Armando Fuentes Aguirre
Llegaron los tres. Dijo el primero:
-Yo soy para que me recuerdes.
Dijo el segundo:
-Yo soy para que me vivas.
Dijo el tercero:
-Yo soy para que me planees.
Les pregunté:
-Quiénes son ustedes?
Dijo el primero:
-Yo soy el pasado.
Dijo el segundo:
-Yo soy el presente.
Dijo el tercero:
-Yo soy el futuro.
¡Hasta mañana!...
manganitas
Por AFA,
“… Las Fuerzas Armadas toman Lázaro Cárdenas…”.
El Ejército limita
a los civiles ahí.
Pronto veremos si así
Lázaro al fin resucita.

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