Se está cerrando el círculo para los exgobernadores, ahora tocó la investigación de índole penal por desviación de recursos públicos al de Jalisco Emilio González Márquez. Si el presidente Peña Nieto sigue con esa línea, castigando a los ejecutivos estatales de Acción Nacional, es casi seguro que por obvias razones políticas tendrá que continuar con los de su propio partido, y con esta acción está consciente que si lo hace, su popularidad y reconocimiento del pueblo mexicano se iría a las nubes. Reanudaría su luna de miel con los partidos políticos en su agónico Pacto por México.
Una investigación de este tipo sobre los exgobernadores priistas sería la gran solución, y los problemas de las reformas educativa, hacendaria y energética pasarían a un segundo plano. No se descarta que en esta lista de depuración, en contra de la corrupción, figuren algunos que se encuentran en el poder, de acuerdo al estilo de gobernar de su asesor el expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Los del Partido Acción Nacional al que le traen ganas es al exgobernante veracruzano, ya se vio abierta la intervención que tuvieron para bloquear la designación del exgobernador Fidel Herrera Beltrán, para asumir la representación diplomática en Grecia. Por otra parte, parece que les funcionó la estrategia a los senadores Yunes Márquez, Landa y Zorrilla. El titular de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, le manifestó al periodista Joaquín López Doriga que no figura en sus listas de representantes diplomáticos el político cuenqueño.
No hay duda que la guerra por la gubernatura de Veracruz ya empezó, y se prepara la alianza PAN-PRD, una de las armas que utilizarán sería con Miguel Ángel Yunes Márquez o un candidato externo, aunque no se descarta uno de los senadores priístas bajo la figura de candidato ciudadano, consciente del demoledor desprestigio de las administraciones del PRI, que llega a los 80 años de tener el poder como partido hegemónico en la entidad.
Se desploma la economía
Sigue de picada la economía en el estado de Veracruz, el panorama que confrontan los empresarios es desolador. El político Marcos Salas asegura que se llega al extremo de pedir a sus trabajadores disminuirles el sueldo o trabajar de manera temporal con una quincena de descanso.
Los cambios pospuestos
Cuando se anunciaron las salidas de funcionarios en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, se utilizaba como socorrido argumento que atendían invitaciones del Gobierno Federal de Peña Nieto. Al menos eso se dijo del primer exsecretario de Finanzas Tomás Ruiz, quien iría a una dependencia federal de la Secretaría de Hacienda, y de Enrique Ampudia que se incorporaría a la Procuraduría de la República.
Lo cierto es que nunca ocurrió y que tales invitaciones sólo figuraban en la volátil e inventada imaginación de los exfuncionarios estatales.
Jorge Uscanga Escobar sí fue propuesto por el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, para un importante puesto dentro de la administración federal. Desde un principio del gobierno peñista requerían los servicios del exalcalde de Xalapa, pero pasaban las semanas y no era atendida la formal recomendación, lo que obligó al funcionario a presentar su renuncia al Consejo Estatal de Seguridad y trasladarse a la ciudad de México. Esto motivó a que se formalizara el cambio y entrara en su lugar el notario Francisco Portilla.