INSEGURIDAD POLICIAL, UNA CONSECUENCIA DE INCAPACIDAD EN LA CAPACITACIÓN


Aún se puede recordar aquel inicio de la actual administración cuando cientos de policías fueron formados en el Cuartel San José, para ser despojados de su ropaje y armamentos y posteriormente despedidos -sin derechos laborales algunos- por presuntos vínculos con la delincuencia organizada; de ahí se informó de un nuevo modelo policial, lanzado a las calles, supuestamente más preparado, humano, respetuoso y coadyuvante.
Pero ahora esa policía, resulta que a pesar de ser capacitada, en el respeto a los derechos humanos, pues resulta que es la que atenta contra la sociedad civil, pero todo tiene un porqué y en este caso se trata de una muestra de lo que ocurre cuando ante los excesos cometidos, el gobierno se mantiene casi indiferente.
Entonces los elementos se sienten intocables y prácticamente autorizados para golpear o agredir con cualquier motivo a la ciudadanía; así ante la indiferencia del Gobierno con motivo de los hechos del pasado 14 de septiembre donde maestros, estudiantes y comunicadores fueron agredidos ante la complacencia de funcionarios del poder ejecutivo, obvio que el mensaje que se les manda a los cuerpos policiales, es que no pasa nada con sus atropellos.
Y así, ya encarrilados los policías han decidido seguir actuando con prepotencia y no se trata de unos cuantos, sino de muchos que, entre otras acciones, detienen de la manera más arbitraría, prepotente y majadera en cualquier calle o carretera y bajan al ciudadano de su unidad automotriz para revisarla sin una sola explicación.
El pasado 04 de octubre, el reportero Alfonso Parra Campos de la empresa radiofónico Oliva Noticias, denunció la agresión de elementos policiacos, que lo interceptaron solo por tocarles el claxon al percatarse que se le cerraban con el riesgo de atropellarlo cuando conducía su moto sobre la avenida Miguel Alemán, por lo que más adelante fue detenido y agredido física y verbalmente.
Y así los 6 policías que “custodiaban la ciudad” se bajaron de la patrulla número 1730 e iniciaron la agresión; como medida “preventiva”, el Gobernador Javier Duarte de Ochoa ordenó el cese de los 6 elementos de seguridad y condenó los hechos, pero la pregunta sería ¿y qué pasa con los policías que incurrieron en abuso el pasado 14 de septiembre? Es decir ¿la ley es pareja para todos o solo para unos cuantos?
Porque al final de cuentas, periodistas, maestros, estudiantes o cualquier profesión que realicen, todos son ciudadanos a los que se les deben de respetar sus derechos humanos; lo del compañero comunicador ocurrió como una consecuencia de la aparente complacencia y justificación del mismo gobierno a la actuación agresiva y autoritaria de los elementos policiacos.

Así es que, se deberá de ser más estricto en aquel precepto jurídico que establece que la Ley se debe aplicar sin distingo de persona alguna; porque como se le informó al propio Secretario de Seguridad Pública la sociedad ya no confía en la policía y al contrario existe desconfianza y hasta temor por la manera en la que actúan.
Entonces las medidas para poner un alto a esta inseguridad proveniente de quienes deberían velar por la seguridad, va más allá de solo cesar policías; no se trata de aplicar pequeños remedios a grandes males. Mientras tanto una vez más habría que reconocer al Gobernador que es él mismo quien se quita los golpes, porque su gabinete se dedica a hacer “tonterías” y dejar pasarlas.