La Junta de Gobierno de la UV, designó ayer a Sara Delfina Ladrón de Guevara González como nueva rectora de la Universidad Veracruzana; de manera insistente se manipulan diferentes versiones sobre lo ocurrido en los últimos días como el imprevisto retiro de la candidatura de Víctor Arredondo, así como la maniobra para impedir al rector Raúl Arias Lovillo que rindiera su informe de labores en el recinto que estaba programado.
Desde un punto de vista personal, sigo creyendo en la existencia de una verdadera autonomía universitaria, ya que es un concepto de independencia y libertad que permanece entre la gente pensante que constituye su capacitado personal académico, así como en sus estudiantes que por la normal circunstancia de su edad no tienen negativos compromisos.
Los que violan este concepto de la autonomía deben ser personas ajenas al universo de los que laboran como maestros o estudian dentro de estos recintos universitarios. Son aquellos que no conocen la soberanía del aula.
No es secreta la mala relación que sostuvo en su etapa final el rector Arias Lovillo con el gobierno del estado. Y esta debe ser la correspondencia normal entre un funcionario con un académico, son pensamientos muy diferentes. Son pocos los que logran en el trabajo público la realidad económica e intelectual con total independencia y eso es un privilegio. Lo escribimos en una pasada columna, la mayor cualidad que puede tener un espíritu universitario es la diversidad y por ende una mayor libertad en el pensamiento.

La traición del PAN

El Partido Acción Nacional ya fijó su posición sobre la Reforma Educativa donde la única opción que consideran los azules es la aprobación de la ley que reglamenta la evaluación de los maestros, consciente que esto irrita a un importante sector magisterial. Tienen claro que es el inicio de una peligrosa escalada antigubernamental y al parecer, como que les conviene políticamente tener al presidente Peña Nieto impedido en la concreción de cumplimiento de 10 de los 95 compromisos incluidos en el Pacto por México.

Desprotegido el estado

Con la tormenta que pegó al puerto de Veracruz se dio cuenta la población afectada que las supuestas medidas preventivas y de auxilio de la Secretaría de Protección Civil no existen. Ni siquiera avisaron de la gravedad del fenómeno meteorológico que amenazaba a la sociedad porteña. No hubo como en otras ocasiones los reportes preventivos a fin de que aseguraran ventanas y puertas para resistir el embate de las rachas huracanadas que golpearon todo tipo de viviendas porteñas.
El problema de la dependencia que preside Noemí Guzmán es que no supieron ubicar la zona donde iba a pegar “Fernando”. Suspender las clases pasada la situación crítica ha sido la acostumbrada medida adoptada.
Fueron varios miles de familias que tuvieron que abandonar sus hogares donde el nivel del agua superó el metro de altura. Los ancianitos del asilo del DIF por más ayuda que solicitaron nunca se les respondió.
Pasada la tormenta aparecen los cuerpos de seguridad, las patrullas, los marinos y los anuncios de la existencia de los albergues. Cuando estuvo en su pleno apogeo la tormenta con intensas lluvias y las peligrosas rachas de vientos ni los taxistas quisieron dar servicio.
Cuando llega la calma es ese retrasado entonces, cuando surge el auxilio.