Por Catón
Columna: De Política y Cosas Peores
2013-08-17 | 21:54:57
“Hay cuatro clases de orgasmos en la mujer –le dijo Capronio, sujeto ruin y desconsiderado, a su amigo Juanelón-. Son: el positivo, el religioso, el de velocímetro y el falso”. Preguntó Juanelón, interesado: “¿Cuál es cada uno de ellos?”. Capronio procedió a dar la explicación. “El positivo –dijo- es cuando la mujer dice al llegar al arrebato erótico: ‘¡Sí! ¡Sí!’. El religioso es cuando exclama en el pináculo del éxtasis: ‘¡Dios mío! ¡Dios mío!’. El de velocímetro es cuando al llegar al culmen del deliquio pide vehementemente: ‘¡Más aprisa! ¡Más aprisa!’”. Quiso saber Juanelón: “¿Y cuál es el orgasmo falso?”. Responde el vil Capronio: “Es cuando tu mujer grita: ‘¡Oh, Juanelón! ¡Oh, Juanelón!’”…
Acaba de salir una nueva versión de la revista Playboy hecha exclusivamente para hombres casados. Todos los números traen mes tras mes las mismas fotos…
Un hombre pasó junto a un gran montón de cemento, y creyó oír que de él salía una voz. En efecto, al acercarse escuchó estas palabras: “No se asuste, amigo. Antes fui un ser humano igual usted. Encontré en el desván de mi casa una lámpara de forma extraña. La froté, y apareció un genio de oriente que me ofreció cumplirme cualquier deseo. Yo le dije que mi aspiración había sido siempre ser un semental. Y el genio no sabía ortografía”…
Solicia Sinpitier, Himenia Camafría y Celiberia Sinvarón, maduras señoritas solteras, se reunieron en el departamento de Solicia a merendar. Ella fue a la cocina a traer los cafés y las galletitas. En el ínterin sus amigas se pusieron a platicar. Himenia le contó a Celiberia que había comprado en el súper un pepino muy grande, y señaló con ambas manos el tamaño del vegetal. En eso regresaba la señorita Sinpitier, y preguntó con ansiedad: “¿Quién? ¿Quién?”. (No le entendí)…
Todos los martes de 5 a 6 de la tarde Astatrasio Garrajarra, ebrio consuetudinario, acude al consultorio del doctor Duerf, célebre analista, a fin de que le quite el vicio de beber. El tratamiento está dando resultado: Garrajarra ya no bebe todos los martes de 5 a 6 de la tarde…
No sé por qué a los jóvenes sus mamás les advierten que tengan cuidado con las chicas malas. Las chicas malas no tienen complicaciones; las peligrosas son las chicas buenas. Simpliciano, candoroso doncel, le dio por primera vez un beso en la mejilla a Florilí, una buena muchacha con quien tenía ya tres años de novio. Ella clamó: “¡¿Qué has hecho, desdichado?! ¡Ahora tendremos qué casarnos!”. Asustado, el cándido mancebo accedió al desposorio, y las nupcias se llevaron a cabo.
La noche de las bodas él se puso a escribir en su laptop. “¿Qué haces? –le preguntó, asombrada, Florilí. Contestó el boquirrubio: “Me dijo el Padre Arsilio que el fin principal del matrimonio es la procreación de la especie. Le estoy poniendo un mensaje a la cigüeña para que nos mande un niño”. Ella alzó los ojos al cielo en mudo gesto de impaciencia, y luego procedió a enseñarle a su tontorrón esposo cómo se encargan los niños. Simpliciano se asombró bastante, por lo extraño del procedimiento.
Le gustó, sin embargo, y le preguntó a su mujercita si una vez llegado el niño que acababan de encargar podrían volver a hacer lo mismo a fin de encargar otro. Alzó ella los ojos al cielo por segunda vez, y le respondió que podían volver a hacer aquello sin esperar al nacimiento del bebé. El muchacho se alegró bastante, pues estaba ya en deseo -y en aptitud- de repetir el agradable evento, cosa que hizo ya sin necesidad de conducción.
¡Ah, cuán cierta es la frase que alguna vez leí en el zoológico de Amsterdam! Dice: “Natura artis magistra”. La naturaleza es la maestra del arte. El caso es que tres meses después de la boda Florilí dio a luz un robusto bebé de 4 kilos. Simpliciano supuso que aquel célere nacimiento se debía a las repetitivas ocasiones en que él había hecho el encargo, pero su mamá le dijo que le preguntara a su suegra a qué obedecía el singular fenómeno, tomando en cuenta que el embarazo de la mujer, hasta llegar al correspondiente parto, toma normalmente nueve meses. El pasmarote le hizo la pregunta a la señora, y la suegra respondió con ligereza: “¡Anda! Dulcilí es una muchacha demasiado buena. ¡Qué va a saber ella de cuánto debe durar un embarazo!”. Lo dicho: cuidado con las muchachas buenas… FIN.

MIRADOR.
Por Armando FUENTES AGUIRRE.

HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO.
Sucedió lo que tenía qué suceder: Adán y Eva comieron la manzana. Lo mejor que se puede hacer para que alguien caiga en una tentación es poner la tentación.
Expulsados del paraíso el hombre y la mujer tuvieron que avivar el seso para poder vivir. ¡Bendita expulsión! De no ser por ella ahora no tendríamos Internet, ni iPhone, ni todo lo demás.
El Señor vio algo que Eva había hecho y le preguntó:
-¿Qué es eso?
-Acabo de inventar el pan –respondió Eva.
-Ah, vaya –dijo el Señor, indiferente.
Pasó el tiempo, y el Señor vio algo que había hecho Noé. Le preguntó:
-¿Qué es eso?
Respondió Noé:
-Acabo de inventar el vino:
Y dijo el Señor con interés:
-¡A ver!
¡Hasta mañana!...

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