Los tiempos son la clave para concretar las reformas del gobierno de Peña Nieto. Mientras el PAN y el PRD exigen como prioridad la reforma política, para el PRI esta será la última, obviamente la intentarán bloquear, después de la aprobación de la energética y la fiscal, que son las que les importan.
Es el choque de trenes donde ningún partido político está dispuesto a ceder. Para el partido en el poder lo importante es la urgencia de concretar lo que significa dinero bajo el argumento del urgente crecimiento que requiere el país.
Para la oposición, lo primero es lo político donde el tricolor no está dispuesto a conceder lo que le ha permitido ejercer el poder durante las últimas ocho décadas. Gustavo Madero y Jesús Zambrano tienen en sus manos la gran oportunidad de ejercer todo tipo de presiones, chantajes, amenazas y la moneda que está en el aire es la privatización llamada modernización de Pemex.
Hacer la paraestatal más productiva sin que se pase a manos extranjeras es el tema en la que todos coinciden. Es la principal y abultada cuenta de cheques que tiene el gobierno y este se opone a que otros se enteren como se maneja. Ha sido obsesión de los gobiernos priistas y panistas de que tenga esta empresa nuevos socios como única fórmula de modernización y eficiencia, pero la constitución y el pueblo mexicano prohíben que haya invitados.

Si el Águila hablara

Es un tema muy conocido que la figura del exgobernador Fidel Herrera Beltrán no es agradable para su antecesor Miguel Alemán Velazco. En la última entrevista a un medio nacional manifestó su arrepentimiento de haberlo dejado como sucesor. No acepta que la deuda que él dejara de 3,500 millones de pesos creciera más de veinte veces y se convirtiera en un pesado lastre para la economía del estado de Veracruz. Ante los medios, Alemán Velazco guarda cierta compostura sobre la grave situación que afronta la entidad, en lo privado, reprueba abiertamente la pasada administración fidelista.

53 millones de pobres

Escribir lo siguiente nos debe llenar de vergüenza: De acuerdo a información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), correspondiente al análisis y medición de la pobreza arrojan que existen 53. 3 millones de mexicanos en la miseria.
Es decir, cerca de la mitad de la población de nuestro país son pobres.
El gobierno y la sociedad mexicana con recursos debe hacer algo de inmediato para terminar con esta grave situación entre los que lo tienen todo y los que no tienen nada. Se ha llegado al límite. Se vive de manera intensa la peligrosa frontera de un estallido social ante la injusticia social de una población que vive de manera ostentosa, con un gobierno que hace derroche en cuanto a salarios de su alta burocracia y que permanece impasible ante la desesperación de millones que carecen de todo, y lo más serio, sin la menor oportunidad de superar esa crítica situación económica. Cuando se pierde la esperanza puede ocurrir cualquier cosa.