La renuncia del gobernador.
El entonces gobernador Dante Delgado quien fuera considerado por el presidente Carlos Salinas de Gortari como el mejor del país y que lo reiterara de manera pública en dos ocasiones durante las visitas que hiciera a la entidad, le permitía el mandatario un especial trato de confianza entre los dos funcionarios.
En una ocasión se atrevió el alvaradeño decirle al jefe de la Nación que su mayor equívoco de su administración había sido retirar a Fernando Gutiérrez Barrios de la Secretaría de Gobernación.
--Si usted le hubiera permitido a Don Fernando manejar la sucesión presidencial no hubiera terminado como fue su triste final, al grado que llegó a ser considerado el enemigo público numero de la nación. El problema del levantamiento del Sub Marcos en Chiapas no hubiera ocurrido y el crimen de Colosio lo habría evitado y toda la cauda de problemas que confrontó.
La sonora respuesta de Salinas de Gortari fue: “Porque no me lo dijiste”.
Dante Delgado sólo movió la cabeza como negando la decisión tomada por el presidente.
Cuando Fernando Gutiérrez Barrios fue designado secretario de Gobernación. Se le presentaron dos cartas, una donde pedía licencia por un año y otra donde renunciaba definitivamente a la gubernatura veracruzana.
La primera la tiró. Sólo firmó la segunda.
“Si falló como secretario de Gobernación no me atrevería a regresar a ver al pueblo veracruzano.

El sueño de los políticos.
El mejor camino para lograr una diputación plurinominal en el PRI es acercarse con lo grupo de los Yunes Linares-Márquez y, cuando se acerque el tiempo de las nominaciones de esa lista como que se pelea con los panistas y asegura la candidatura.
Es de los cargos más soñados, porque sin hacer campaña, ni gastar un centavo obtiene la diputación y con ello un buen ingreso durante tres años y ser del grupo de la burbuja parlamentaria repartirse las comisiones y el elevado presupuesto que esta destinado al poder Legislativo.


Barren con todos.
Les molesta los empresarios de Veracruz el elevado número de indigentes que piden limosnas, así como a los limpia parabrisas que se colocan en las esquinas más transitadas y toda clase de vendedores. Ellos aseguran que afecta seriamente la imagen del puerto de Veracruz y que a los turistas los ahuyenta.
La presencia de personas uniformadas como enfermeras que solicitan ayuda para asilos de ancianos o de refugios para niños abandonados o enfermos de males considerados como terminales, han proliferado de manera impresionante.
Dentro de este ejército de desempleados figuran los supuestos paramédicos que colocan una vieja ambulancia que carece de todo en una de las esquinas y se dedican a pedir ayuda como si fueran de la Cruz Roja.
Si bien los líderes de la Canaco y Coparmex del puerto de Veracruz, Belgio Amaya Rizzo y Jorge Coffau Kayser piden la colaboración de las autoridades para impulsar esta iniciativa y con ello estimular la economía formal, el comercio y la actividad empresarial.
Antes de limpiar las calles debieran de contratar a un personal de servicio social que investigue a estas personas y constatar si realmente existen los asilos y orfanatorios; si los ambulantes disfrazados de paramédicos cuentan con un historial de ayuda hacia los accidentados y los jóvenes limpia parabrisas se les puede otorgar alguna oportunidad de laborar para subsistir.
A los discapacitados que piden ayudas económicas conocer realmente el lugar donde viven y el uso del dinero que reciben sea dedicado para su manutención y no para algunos vicios o mantener algunos vivales que las explotan.