En un número anterior se dijo en este espacio que la Reforma Política presentada por la bancada del PAN y del PRD era la misma que enarbolaba como candidato presidencial López Obrador. Esto provocó enojo y molestias porque le quitaba poder al presidente Peña Nieto. Los priistas utilizaron al líder panista Gustavo Madero Muñoz para detener esa propuesta.
El beneficiario directo de esta Reforma perredista-panista era para los legisladores, quienes podían ejercer el control para ratificar o sustituir a miembros del gabinete. La obligación del presidente y miembros de su gabinete de comparecer semestralmente ante ambas cámaras legislativas para debatir sobre su desempeño y su agenda. Aunado a convertir a la PGR como un órgano autónomo, autonomía a las fiscalías especializadas en Delitos Electorales, Anticorrupción y al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
Pero lo que fue el cerillo que encendió la mecha fue la facultad del Congreso de desaparecer los órganos estatales electorales cuando se acredite parcialidad y colusión con intereses de partido o de gobiernos locales.

Cambios en el gabinete

El reiterado anuncio del gobernador Javier Duarte de Ochoa sobre varios cambios en su gabinete a partir del ocho de julio, cuando se conocerán los resultados de los comicios estatales, el más sonado es el del secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón. Para dicho cargo se ventila en primer lugar el nombre de Tomás Ruiz, exsecretario de Finanzas, quien al parecer cuenta con poderosos padrinos políticos en el altiplano. Se recuerda en los tiempos del gobernador Miguel Alemán se perfiló como candidato a sucederlo la figura del ex director de la Lotería.
Personas cercanas al ex panista y ahora priista Buganza Salmerón, aseguran que asiste en varias ocasiones a la iglesia y que no falta a la misa de siete. ¿Será que busca la intercesión divina con el apoyo de los obispos que cada vez son más influyentes en los gobiernos donde ejercen el poder el partido tricolor?

Cuanto afecta la crisis panista

Lo interesante para la clase política del estado de Veracruz es conocer qué consecuencias tendría la crisis interna a nivel nacional que confronta el Partido Acción Nacional. No existe la menor duda que las candidaturas para las alcaldías y diputaciones se verán afectadas, ya que existen hechos de las relaciones de los aspirantes azules veracruzanos que tienen con grupos cupulares del PAN liderados por Ernesto Cordero o con Gustavo Madero, quienes son los protagonistas de estos arrebatos autoritarios.
Para el clan de los Yunes Linares-Márquez más identificados con el ahora ex coordinador de la bancada panista en el Senado podría cambiar su influencia en la cúpula partidista del PAN, si bien es cierto, la participación y apoyo de Gustavo Madero en la denuncia del grupo yunista que fuera presentada por el diputado federal Humberto Morelli, que provocó la caída del fidelista con más derechos de antigüedad, licenciado Ranulfo Márquez y el funcionario estatal más duartista, el economista Salvador Manzur. En las próximas encuestas se podrá valorar el daño que causó a los candidatos panistas de este cisma del panismo .
No se pensó dentro de las estrategias electorales del PRI en lo perjudicial que podría ser el fuego amigo. El descalabro en la unidad de los azules que les da ventaja a los candidatos opositores sobre militantes de este partido de la derecha.
El desgaste político que causa esta adversidad en la cúpula panista aún no se mide, será hasta el desenlace electoral tanto nacional como en la entidad que se tendrá en los números de los votos del próximo siete de julio.