Tenía que ser el Estado de Veracruz el que diera el ejemplo nacional de las más sucias artimañas en el quehacer electoral. Se trata de un tratado económico de cómo asegurar el triunfo usando a Judas para que sus candidatos arriben sin problemas a la victoria el próximo siete de julio.
La estrategia que se lleva a cabo es diferente a la de otros procesos, consiste en convencer a sus propios militantes de participar en esta contienda a través de un partido político de oposición o registrarse como precandidatos a fin de dividir a los futuros votantes. Usando el mismo señuelo que es el de ofrecer fuertes sumas de dinero a cambio de traicionar a la agrupación política a la que pertenecen.
Todo lo que se hace en política con dinero resulta barato.
Es la mejor inversión, es más económico que la simple compra de votos.
Dentro de las filas del Partido Acción Nacional no se imaginaban que dentro de sus compañeros se podría realizar esta labor de conspiración interna a fin de que pierdan sus propios abanderados.
Es un hecho que Julio Saldaña participará de manera esplendida y con recursos como candidato por el PRD, a fin de provocar una mayor división entre las filas de los azules y con ello reducir las posibilidades de triunfo del candidato Rafael Acosta Croda. De manera más elegante y fina, sin salirse del partido, Sergio Vaca Betancourt al participar en la contienda interna con costosos espectaculares, señala la falta de unidad de militantes que se suponía que poseía el exalcalde Miguel Ángel Yunes Márquez. Lo más difícil de ocultar en la vida es el dinero y el amor.


Renace Pajaritos.
Hay un proyecto de inversionistas para reactivar el complejo petroquímico de Pajaritos en Coatzacoalcos, que podría conformar y reactivar un nuevo despegue de esta industria que transformaría sustancialmente el sureste del país.
Ante la apatía mostrada por el gobierno federal y la dirección de Petróleos Mexicanos quieren entrar al rescate por la importancia que revista la petroquímica secundaria considerada como la que representa mayores ingresos superiores a la simple exportación del crudo.


No vendemos solo compramos.
El déficit comercial con China es escandalosamente deficitario, sólo el año pasado fue de más de 50 mil millones de dólares, casi todo de lo que compramos lo producen en China. México casi no les vende nada a la nación que tienen más de1,400 millones de habitantes.
La balanza negativa del pasado sexenio fue de 300 mil millones. Las mercancías chinas nos llegan por dos vías la legal y el contrabando, esta última cada vez más creciente. No hay lugar en un mercado o una pequeña tienda donde no existan estos productos orientales.
El viaje del presidente Peña Nieto tiene el propósito de venderles a los chinos mayores mercancías y sobre todo petróleo. El argumento es que nuestro país tiene la mano de obra más barata que los emolumentos que reciben los explotados chinos en aquella nación y esto es una vergüenza por los ínfimos salarios que se pagan en nuestro país.
Al final de este tour presidencial lo único que podemos ofrecer es petróleo. No hay productos terminados a pesar de que en el pasado, fuimos los que contábamos con las plantas petroquímicas más importantes de América Latina. Las grandes ganancias podrían porvenir precisamente de estos subproductos del crudo y que lamentablemente han abandonado las autoridades de Pemex y con ello terminar con el futuro de la zona sur del estado de Veracruz.
Desde la época de Carlos Salinas se empezó la demolición y desmoronamiento de la industria petroquímica, su rencor hacia ese sector nunca lo ocultó por ser un bastión de trabajadores identificados con el PRD. No tanto militantes con el partido del Sol Azteca que prácticamente dejo de existir, sino su determinación electoral con sus candidatos Cuauhtemoc Cárdenas y Andrés López Obrador.