La mejor salida que tiene Veracruz para salir del grave problema económico y el desempleo, sin lugar a dudas es el turismo, actividad que se encuentra en pañales. La proporción de turistas extranjeros es de solo el siete por ciento, de los cuales apuradamente alcanza al dos por ciento los de origen estadunidense.
Los únicos que nos visitan son los viajeros nacionales en un 35 por ciento, el gran resto es de los propios veracruzanos que provienen del centro, norte o sur de la entidad acuden a las playas y hoteles del puerto y Boca del Río, que es este último municipio que cuenta con los mayores atractivos.
Con los anteriores números es parte del triste reflejo de la pobreza en que se desenvuelve esta industria sin chimeneas.
El problema más serio es la inseguridad, no existen garantías que cruzando la frontera con Puebla, Tabasco o Tamaulipas estarán debidamente protegidos y para colmo en México, los hechos ocurridos de violaciones a turistas extranjeras en Playa del Carmen y Acapulco, fueron noticias que le dieron la vuelta al mundo.
Se han preguntado el por qué no vienen nuestros vecinos del norte. Las pocas marinas veracruzanas que se están iniciando no cuentan con los servicios que requieren de luz, agua y combustibles. No están adaptadas para recibir medianos veleros que son el 89 por ciento de las embarcaciones que norteamericanos y canadienses utilizan para estos viajes interoceánicos, aunado a la falta de calado y al sinnúmero de bajos que rodean al puerto de Veracruz.
Un importante número de extranjeros viajan en sus casas rodantes, los conocidos “mobil-homes” y en la desarrollada Riviera Veracruzana, puerto de Veracruz o Boca del Río no existe un solo terreno equipado que les otorgue este servicio de los que se conocen como los “Trailer-parks”. Tampoco existen paraderos en las autopistas con los elementales servicios sanitarios o tiendas de refrescos. Tampoco figuran en los mapas o en las entradas a las ciudades una pequeña oficina de información para que el viajero pueda ser atendido e informado de actividades turísticas como el qué hacer, precios de los hoteles, dónde ir a cenar, ir de compras y sitios que visitar. Con personal capacitado que no pongan caras de ¿whats? cuando se les pregunte.
Realmente muy poco les podemos ofrecer al turista que paga con dólares fuera del paisaje, la comida y el ambiente de la gente.
El presidente Enrique Peña Nieto cuando dio a conocer su ambicioso programa nacional de Turismo, fue a un pequeño lugar de la Riviera Nayarita, con solo cuatro mil habitantes que se llama La Cruz de Huanacaxtle, pero cuenta con modernas instalaciones del primer mundo.
Sabemos que existe en la capital del estado de Veracruz, una gran Secretaría de Turismo, con un elevado personal de secretarias, vehículos modernos, choferes, ayudantes y guaruras. Lo que se desconoce ¿Qué hace y qué programas tiene?

Catafixia política
Es una lista interminable la que publica el periódico El Universal de los hijos de exgobernadores mexicanos que exhiben sin ningún recato las grandes fortunas obtenidas durante la administración de sus padres.
Nadie se salva en ese bien documentado reportaje. La práctica que elaboraron los ejecutivos estatales priistas es que intercambiaban las grandes operaciones, los vástagos de Puebla trabajan en Oaxaca y Veracruz, así como los descendientes de los funcionarios de estas entidades hacen negocios en ciudades ajenas al estado donde gobernaban sus padres.
Era una bien remunerada y secreta catafixia política.
La escandalosa fortuna exhibida de los juniors del exgobernador tabasqueño Andrés Granier es de proporciones indignantes. Cuando el pueblo sufría con las continuas inundaciones donde perdían decenas de miles de tabasqueños sus humildes patrimonios , eran observados desde los acondicionados yates de sus retoños, cuando ya se aburrían regresaban a sus lujosos departamentos en Miami.