En estas semanas que se avecinan, se termina la gestión del rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, ya se manejan algunos nombres con antecedentes poco positivos para sucederlo.
Es justo recordar las épocas doradas donde el prestigio académico de la UV era considerado entre los mejores niveles del país. Corría el año de 1986, el rector saliente Carlos Aguirre Gutiérrez, en su acta de entrega al nuevo rector Carlos Valencia Carmona dejaba en la caja la suma de 1,243 millones, 427 mil pesos de recursos financieros autogenerados, es decir, ajenos a los subsidios federales y estatales, los cuales serían dedicados para el Fondo para el fomento de las actividades de la Universidad Veracruzana.
Dentro de ese patrimonio había tres autobuses nuevos, una moderna imprenta y una abastecida farmacia universitaria.
Dejaba dinero suficiente para el pago de sueldos, aguinaldos y prestaciones para que la máxima casa de estudios contara con los recursos suficientes para continuar el desarrollo ascendente en diversas áreas deportivas y docentes de la UV.
Esto ocurrió en la época del gobernador Fernando Gutiérrez Barrios. El superávit financiero de la Universidad Veracruzana fue un mil trescientos sesenta y cuatro millones, quinientos sesenta y un mil pesos.
Sería aventurado especular lo que vaya a ocurrir ahora que entregue el mando de la rectoría el doctor Raúl Arias Lovillo, pero considerando el valor del dinero de hace tres décadas a los del presente, si se estiman los índices inflacionarios, la gran diferencia de las cuotas estudiantiles de pagos de inscripción y de los costos de exámenes y de los pagos de diversos servicios y cuotas, se podría hablar de sumas multimillonarias, que de antemano, se podría afirmar que ese dinero no existe en las desiertas y huecas cajas de la tesorería universitaria.
El éxito financiero no es cuestión de sabiduría o astucia, sino de honradez y confianza, la moral no puede ser sustituida por el entendimiento.

Logros de Javier Duarte

Es de esas notas rojas que lamentablemente pasan desapercibidas con el fin de no darle la importancia debida a los hechos violentos que ocurren en la entidad. En un recuento de los logros alcanzados por las fuerzas armadas y el gobierno estatal de Javier Duarte de Ochoa, figura el rescate de más de cien personas que habían sido secuestradas. Donde destaca de manera primordial la denuncia ciudadana.
El significado moral y sentimental que representa para el centenar de familias veracruzanas la reintegración a sus hogares de estos sufridos y estoicos plagiados.

Los problemas de Gándara

El distribuidor vial a solo tres mil metros de Poza Rica, se ha convertido en un serio dolor de cabeza, tanto para las autoridades que lo autorizaron como para la población que lo padece. Con un elevado costo de cerca de 400 millones de pesos, es decir, que costará más de 114 millones de pesos el kilómetro lineal.
No se explica el por qué no participaron empresas nacionales con experiencia y prestigio en este tipo de obras. Se le entregó a una empresa de nombre Sigma que utilizó los anticipos para comprar la maquinaria para hacer este tipo de trabajos, siendo este un requisito indispensable para participar en la licitación. Hay un gran malestar en la población por la serie de inconvenientes como la destrucción de áreas verdes y la lentitud que se viene realizando.
Según estiman los expertos urbanistas, que dicha obra se terminaría a fines del próximo año, y por ende, con un sustancial incremento en el costo final de la obra.
Esta obra no es municipal, es realizada por Pemex y se rumora que obviamente en el negocio están involucrados altos funcionarios de la paraestatal. El periodista Alfredo Gándara es totalmente ajeno a estos sucios enjuagues.