Son varios los compañeros periodistas que están justificadamente molestos con el que fuera candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y su equipo de campaña. Con los números dados por los consejeros del IFE resulta que los miles de espectaculares que tapizaron las carreteras del país con el rostro del bien parecido Enrique Peña Nieto y los cientos de anuncios por la televisión cuando fue gobernador del Estado de México, según cuentas del IFE estos fueron pagados por el tabasqueño. Es una traición a los principios e ideales de la izquierda realizada con saña, dolo y ventaja. Afortunadamente las impecables auditorías realizadas por el instituto electoral están poniendo en su lugar a estos mapaches.
El dinero millonario de Monex y las decenas de miles de tarjetas de Soriana que se utilizaron para promover el voto del partido tricolor, también se gastaron con el dinero que tenían los partidos políticos del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, en lugar de apoyar a sus candidatos del Movimiento Progresista.
Era una vergüenza la miseria que tuvieron esos aspirantes de la izquierda a cargos de elección popular. Ni siquiera había tortas y refrescos para los mítines y cada quien tenía que sufragar de manera personal la forma de llegar.
En cambio a los acarreados del PRI y del Verde Ecologista eran transportados en autobuses de lujo, con hermosas sobrecargos que les servían exquisitos platillos y bebidas importadas. Ellos sí saben atender debidamente a los militantes y para compensar su inasistencia a sus trabajos se les remuneraba de manera adecuada.
Son verdaderos políticos que conocen este quehacer de servir y servirse.
Lo que más los irritó a los militantes del PRD y a los periodistas que acompañaron durante su campaña al tabasqueño, es el millonario derroche en la compra de votos para que ganaran los candidatos del partido tricolor.
Consideran injusto que mientras ellos viajaban en autobuses o en destartalados coches por tierra, el candidato priista volaba en aviones y helicópteros privados. Y resulta según cuentas del instituto electoral que las facturas de estas elegantes y confortables compañías aéreas las cubrieron los perredistas.
Qué bueno que los rectos funcionarios que componen este período el IFE se dio cuenta de este magno despilfarro de la izquierda y que ahora les imponga una multa millonaria. A ver si así aprenden.

la escuela de Calderón
No hay antecedentes que en una universidad del prestigio de Harvard, de las llamadas “Big Ten”, se hayan recibido cerca de 40 mil firmas que impiden que un maestro imparta alguna clase. El caso del expresidente Felipe Calderón resulta penoso. Por orgullo personal y dignidad propia, él debiera renunciar y buscar refugio en otro centro de estudios. Por ejemplo, en su alma mater la Escuela Libre de Derecho”. Donde por cierto, los maestros no cobran.
Al expresidente Luis Echeverría estando en el poder se le ocurrió visitar la ciudad universitaria de la UNAM y tuvo que salir corriendo, no se sabe si fue una piedra, huevo o jitomate lo que le aventaron los universitarios para que abandonara el auditorio en el que pensaba hablar.

el negocio de prestar
Es impresionante el crecimiento por su número de las casas de empeño que se han instalado en el estado. En cada esquina aparecen estos centros de empeño. Como si fueran notarías de la pasada administración.
Es un sólido negocio que lucra con la necesidad de los millones de pobres. Se pignora en un 35 por ciento sobre el valor real de lo que dan como garantía. Son millones de mexicanos quienes en momentos difíciles tienen que sacar lo mejor de sus pertenencias para que en la mayoría de los casos perderlas por carecer del dinero del rescate. Muchos de los dueños de estas casas de empeño son funcionarios que mueven su dinero mal adquirido. Por eso trabajan en finanzas.