Si algún periodista tenÃa el conocimiento y la vida personal tanto en lo polÃtico como en las circunstancias que acompañaron a Juan Maldonado Pereda es el columnista Luis Velázquez.
Persona que colaboró con él durante su perÃodo como alcalde del puerto de Veracruz. El connotado maestro de los géneros periodÃsticos más reconocido por la Universidad Veracruzana, fue el compañero más cercano en este complejo quehacer de las relaciones entre el gremio periodÃstico con el ex rector de la Universidad de Tabasco, de los pocos, que es reconocido como miembro distinguido de la desaparecida clase polÃtica veracruzana, cuya principal caracterÃstica en esta selecta cofradÃa era la de auténticos caballeros de la polÃtica.
Personas que nunca en su vida tuvieron una controversia o un mal entendido con los periodistas veracruzanos, entre ellos figuraron Arturo Llorente González, Fernando Gutiérrez Barrios y don Juan Maldonado Pereda.
No existe ninguna nota informativa o el menor comentario de algún periodista que fuera de tipo negativo, o que hiciera alguna ligera mención de crÃtica, ya sea por una falta de atención o una simple omisión en el trato con la prensa.
Nadie podÃa hablar mal de ellos. Los tres fueron originarios del puerto. TenÃan el tacto y la habilidad de conocer sus tiempos. Nunca buscaron los reflectores de los medios. Les molestaban las ocho columnas y sus fotos en portadas. Su sencillez y humildad fueron reglas de oro. Desaparecieron del panorama polÃtico en plenitud de sus facultades y lo hicieron de manera personal a tono con las circunstancias. Las cartas de don Juan Maldonado cumplen con la regla de la impecabilidad de la palabra. Es el recuerdo invaluable que se conserva para la reflexión histórica de la mente brillante del mejor secretario de Educación.
¡Qué casualidad!
Hay coincidencias que no hay duda que fueron planeadas. Que casualidad que el mismo dÃa y casi a la misma hora, que decide la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordena liberar a la secuestradora Florence Cassez, y don diferencia de minutos, cuatro consejeros del IFE se pronuncian porque no se multe al PRI no obstante que existen pruebas contundentes de que rebasó los gastos en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. HabÃa un empate entre los consejeros, pero al final Sergio GarcÃa RamÃrez que se habÃa excusado de votar, decide en último momento; exige que se perdone a su partido de haberse gastado de más a lo estipulado por la ley y se olviden de los 66 millones 326 mil 300 pesos que se entregaron a Monex.
Una auténtica vacilada.
Con la gran difusión que se le ha dado a la Cruzada Nacional Contra el Hambre en nuestro paÃs, con los años de ejercer este alucinante oficio, no me quedó la menor duda, que con un decreto del presidente Peña Nieto se va a acabar la pobreza alimentaria, es una auténtica vacilada.
Dar de comer a más de diez millones de mexicanos tres veces al dÃa es un sueño guajiro de alguna persona que no conoce la realidad del planeta y mucho menos de los problemas que confronta el paÃs. Para ello se requiere muchÃsimo dinero para satisfacer el hambre, una cantidad de lana que sólo existe entre los catorce multimillonarios mexicanos que figuran en la lista de la revista Forbes.
Si realmente no hubiera evasión fiscal de las grandes empresas asà como los operadores mexicanos de las multinacionales que explotan a los consumidores nacionales se podrÃa pensar que habrÃa alguna partida extraordinaria para dar una ración alimentaria a los compatriotas de las zonas marginadas. No se trata de repartir limosnas. Atender al campo y transformarlo para que los millones que se fueron en busca de trabajo en los Estados Unidos regresen y lo hagan producir y con ello tengan los recursos que otorga la tierra para alimentarlos.