Por Catón
Columna: De política y cosas peores
2012-11-29 | 22:07:58
El perico de la casa se subía a la barda del gallinero y animaba al gallo cuando éste cumplía su función con las gallinas. “¡Dale, Quiquí! –lo incitaba con su estridente voz-. ¡Sobre ella! ¡Dale duro!”. El gallo no necesitaba de tales exhortaciones para hacer lo que debía hacer. Dice un mexicanísimo dicho: “¡Ay, quién tuviera la dicha del gallo, que nomás se le antoja y se monta a caballo!”. Lo molestaban, pues, los gritos del pertinaz cotorro. Pero el loro insistía: “¡A ella, Quiquí! ¡Dale; dale duro!”. Cierto día una súbita ráfaga de viento hizo que el perico cayera en medio de las gallinas. De inmediato el gallo fue hacia él con intención más que evidente. Temeroso le dijo el cotorro: “Despacito, Quiquí; despacito”… El papá de Pepito llegó de un viaje antes de lo esperado, y encontró a su hijo llorando lastimeramente. “¿Qué te sucede? –le preguntó solícito-. ¿Por qué lloras así?”. Responde el niño entre sus lágrimas: “Es que mi mami se acaba de quedar sin alma”. “No entiendo –se desconcertó el señor-. ¿Por qué dices que tu mamá se acaba de quedar sin alma, esa animula vagula, blandula -pequeña alma errante y dulce- que dijo el emperador Adriano en el momento de morir?”. Explica Pepito: “Digo que se acaba de quedar sin alma porque en el momento en que llegaste alcancé a ver una sombra que saltó por la ventana de la recámara, y mi mamá le dijo: ‘Adiós, mi alma’”… Doña María Moliner, esa mujer toda ciencia, toda sapiencia, toda paciencia, dice que el epigrama es una composición breve en que se expresa un pensamiento agudo y satírico. Y relaciona esa palabra con el verbo “zaherir”. Le doy toda la razón a la ilustre lexicógrafa, aunque ya la tenía desde antes de que yo se la diera. El epigrama, afirmaba mi maestro de periodismo don Cipriano Briones Puebla, llamado Tata Nicho, debe morder y arrancar el pedazo. Tal cualidad tiene el vitriólico epigrama debido a la prima Celia Rima y que hoy publico aquí. En él esa versificadora de ocasión hace en cuatro fulminantes  versos de ocho sílabas el balance no de un sexenio, sino de dos: el de Vicente Fox y el de Felipe Calderón. Léanlo mis cuatro lectores al final de esta columnejilla. Pocos epigramas he visto tan lapidarios y mordientes como éste, que en una cuantas palabras resume 12 años de la vida pública de México. Por este epigrama a la prima Celia Rima se le debe poner en la lista de los más contundentes y certeros epigramistas que en este país han sido. Aplaudo, si no su gentileza –el buen autor de epigramas no puede practicar tal cortesía-, sí su agudeza y brevedad… Antes de dar  a conocer ese mínimo pero letal poemilla narraré otro par de inanes chascarrillos a fin de preparar el ánimo de la República para recibir el epigrama… El doctor Herriot, famoso médico veterinario, iba a inseminar a una vaca. (Artificialmente, claro. El doctor Herriot es una persona decente). En el momento en que iba a proceder a la inseminación la vaquita volvió la cabeza hacia él y le preguntó: “¿Qué ni siquiera me vas a dar antes un besito?”… Un tipo le dijo a otro: “Anoche vi a tu mujer en una fiesta”. “No puede ser –rechazó el otro-. Anoche no estaba yo en la ciudad, es cierto, pero mi esposa jamás sale de la casa sin mi autorización”. El tipo insiste: “Estoy seguro de haberla visto ahí”. “A ver –lo reta el marido-. ¿Qué ropa llevaba?”. “No lo sé –replica el amigo-. Me salí de la fiesta antes de que los invitados se vistieran”… El próximo domingo estaré en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Presentaré ahí mi más reciente obra perteneciente al ciclo La Otra Historia de México: “Antonio López de Santa Anna, ese espléndido bribón”, en preciosa edición de Planeta. Te veré a ti, que eres uno de mis cuatro lectores,  a la una de la tarde, en el Salón 2, planta baja, de la Feria, y compartiré contigo las aventuras de ese desaforado tahúr, gallero pertinaz y pillo encantador que con el mismo desparpajo ponía a sus pies una mujer que una nación. Ahí nos encontraremos para tomarnos juntos una foto y estrecharnos la mano en el común amor sentimos por los libros… Y ahora he aquí el tremendo epigrama debido a la prima Celia Rima, en el cual la ingeniosa versificadora hace en unas cuantas palabras el balance de los dos últimos gobiernos. Dice así el epigrama: “Dos sexenios de aire cruento / le dio el PAN a la nación. / El de Fox salió sangrón, / y el de Calderón, sangriento”… FIN.

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