Hay cifras en el padrón electoral en el estado de Veracruz que no coinciden con los números del INEGI sobre la población, ya que estos muestran un crecimiento inusual que por pura coincidencia se registra en estas fechas próximas al final del proceso electoral.
El estado de México, el distrito Federal y Veracruz son las entidades con mayor número de habitantes y por ser claves en los resultados electorales se analiza de manera escrupulosa este irregular aumento de ciudadanos con posibilidades de emitir su sufragio. Según información el incremento en la entidad veracruzana es del 7.2 por ciento, en el estado mexiquense es del 2.1 por ciento y en la capital del país es del uno por ciento. En los tres casos este aumento de posibles electores esta por arriba de las tendencias históricas.
Los partidos políticos estudian esta rara situación que podría incidir en el conteo final de los votos.
En esta toma de decisiones se desconoce por parte de todos los institutos políticos que decisión tomarán si existe algún manejo ilegal de este padrón electoral. Por lo general se quejaban los líderes partidistas de que habían rasurado esta estadística poblacional, pero no existen antecedentes sobre este sustancial aumento en el número de posibles electores.

PLAN DE CALDERÓN CONTRA LOS PRIÍSTAS
Ya se tenían ciertos informes del plan de recortes económicos a los estados gobernados por priístas que seguiría el gobierno del presidente Felipe Calderón.
Una estrategia aparentemente legal que afecta seriamente las finanzas estatales. La Secretaría de la Función Pública revisa como justifican estas entidades 31 mil 149 millones de pesos que fueron entregados para obras públicas el año pasado y que no han demostrado en que se gastaron y que deben quedar debidamente acreditados, en caso de no hacerlo tendrán que devolver esos recursos y adjudicar responsabilidades directas a esos funcionarios.
El plazo se vence en el mes de junio, semanas antes de las elecciones.

REPORTERO DE POLICÍA
Lo siguiente es una nota de la periodista Laura Castellanos:
“El pitazo llegó una noche a la redacción del periódico, el cadáver de un joven descuartizado se arrojó a la plaza central. El reportero recibió la orden de ir a cubrir la nota. Al llegar a la escena descubrió en la esquina un cuerpo ensangrentado. Encima estaba la cabeza del adolescente. El reportero se acercó a observarla, él tenía ya varios años de cubrir la fuente policiaca. Según él, no lo alteraban estas escenas macabras, que reporteaba con regularidad. ‘Estoy acorazado’, solía decir. Pero esta vez constató que la víctima tenía la edad de su hijo. Se detuvo en sus ojos, la mirada de terror congelada. “La vida del periodista se convirtió en un infierno.
“No se podía quitar la mirada del muchacho de la mente, sufría pesadillas, no podía comer, sentía ataques de pánico, depresión, tenía miedo de salir de su casa y llamaba constantemente a su hijo para saber su ubicación. Su angustia subía cuando lo mandaban a cubrir balaceras o hechos de sangre. Las semanas siguientes detectó que lo seguían. Los síntomas se agudizaron, cuando el editor recibió una llamada telefónica donde lo amenazan si publicaba determinada nota.
“El redactor dice silenciaron nuestra palabra, siento rabia y miedo.
“El periodista pidió no citar su nombre, ni su diario.
“El reportero citado sufre un stress postraumático, que se ha convertido en una enfermedad común en los periodistas mexicanos que cubren eventos relacionados con el narcotráfico. El psiquiatra Anthony Feinstein de la Universidad de Toronto y el sicólogo Rogelio Flores de la UNAM, afirman que los periodistas que se dedican a esta cobertura impactan la calidad de vida de este gremio y su ejercicio en la libertad de expresión. Feinstein entrevistó a 104 reporteros mexicanos, 38 recibieron amenazas de cárteles y 10 más por a sus familias.”