Columna: Se dice que...
No es raro que los periódicos de esta ciudad de México muestren en la mayorÃa de los casos sus bien definidas sus lÃneas editoriales. Como que ha desaparecido la pluralidad y objetividad del periodismo auténtico. Desde siempre se supo que medios impresos eran oficialistas y seguÃan ciertos lineamientos donde los editores fijaban sus posturas y obviamente se especificaban quienes eran los funcionarios y polÃticos intocables o los que considerados como amigos de la casa.
A pesar de los años y la desaparición anunciada por su afinidad priÃsta de importantes periódicos como Novedades y el Heraldo de México, la situación actual no es muy diferente.
En comentarios de los colegas capitalinos queda claro cuál es la postura polÃtica de cada uno de los periódicos, porque han sido siempre instrumentos utilizados en la vida polÃtica del paÃs. Hay medios que han hecho historia y forman parte de la misma, al grado que han influido en el destino de la nación mexicana.
No hay duda que son hoy en dÃa algunos periódicos más agresivos y muestran su independencia al no ocultar o minimizar algunas de sus notas.
En una superficial disección sobre las lÃneas editoriales de los diarios capitalinos, se puede comentar que la posición del periódico Reforma es interesante por su anti priismo y su conflicto permanente con el poderoso monopolio de los medios electrónicos donde Televisa es su villano favorito.
La figura central de su periodismo crÃtico es el candidato Enrique Peña Nieto, el cual ayuda al medio con las torpezas cometidas. Reforma muestra su afinidad al conservadurismo de la clase empresarial de Monterrey. Hombres de negocios como Lorenzo Zambrano de Cemex y José Antonio Fernández de Femsa han creado un frente común en contra del PRI.
El Universal ha mostrado una lÃnea más plural, cargado hacia el centro sin mostrar afinidades hacia la derecha. No está con el PRI, tampoco con el PAN y no es afÃn hacia el PRD. Si bien los caricaturistas y el director editorial Roberto Rock se inclinan hacia la izquierda.
El periódico Excélsior de una gran tradición en la época de Julio Scherer, en esta época de Olegario Vázquez Raña es un medio que no muestra ninguna definición ideológica, su relación con Vicente Fox y Martha Sahagún es lo que sigue vigente.
Milenio es un caso especial por el apoyo que le da al gobierno de Felipe Calderón, sin tocar la libertad e independencia editorial que tienen sus columnistas, quienes laboran en diferentes medios electrónicos capitalinos.
Del periódico La jornada es muy definida su lÃnea editorial inclinada hacia una de las numerosas corrientes que tiene la izquierda mexicana, pero sin lugar a dudas identificada con Andrés Manuel López Obrador.
De los demás medios impresos su presencia en este contexto de importancia y que puedan influir es raquÃtica, por lo que se considera necesario mejor omitir cual es su lÃnea editorial.
Durante el curso del pasado seminario realizado en la Facultad de Ciencias PolÃticas y Sociales de la UNAM, donde se analizaron las tendencias de los medios de comunicación impresos, el mayor problema radica que fuera de la revista Proceso, los propietarios de los diarios nacionales no son periodistas y no tienen estudios en las ciencias de la Comunicación. Son en su mayorÃa empresarios o polÃticos que trabajan como dueños y la lÃnea editorial la definen considerando cual es la más conveniente para que dicho medio sea un buen negocio.
Los idealismos de la información y los principios éticos del reportero son marginados. Para los industriales del periodismo, el billete es la lÃnea editorial.
NO QUIEREN VOTAR
Se hizo una gran promoción para que los millones de mexicanos que viven en el extranjero puedan votar el próximo primero de julio. Pensaron equivocadamente que la nostalgia por la patria y el deseo personal habrÃa una gran participación en la selección del próximo presidente.
A muy pocos connacionales les interesó alguna actividad de carácter oficial que tuviera que ver con el gobierno. Existe un rencor hacia nuestras autoridades que por falta de oportunidades de trabajo tuvieron que emigrar. Sólo respondieron a este llamado del IFE, la ridÃcula suma de 67 mil mexicanos.