Siempre se ha dicho que el peor adversario político es el que se encuentra dentro de la casa. Se duerme día y noche con el enemigo. Pensamiento político e instinto político, se miden sobre la base de distinguir entre el enemigo y el amigo.
De los pleitos entre los panistas veracruzanos han sido tema obligado de las últimas semanas y les resulta difícil reconocer a los perdedores cuya derrota estaba anunciada en una encuesta de la calificada empresa Impulsos.
Pero dentro del PRI poco se había hablado. Se manejó de forma engañosa la existencia de un grupo compacto de unidad y cordialidad en torno al precandidato presidencial Enrique Peña Nieto.
Ya se empezó a lavar la ropa sucia dentro de la cúpula priísta nacional y resulta que son repugnantes las manchas que han sacado relucir donde lo más cochambroso figura lo que se suponía el brazo derecho de Peña Nieto, en la persona de su ex secretario de Finanzas y diputado federal, Luis Videgaray.
Parecía extraño que en el reparto de las plurinominales no se tomaran en cuenta a personalidades partidistas y que el cuarto de guerra del precandidato presidencial estuviera formado por el selecto grupo de los políticos que trabajaron en el gobierno estatal del mexiquense.
Esto implicaba que los plurinominales priistas tanto senadores como diputados, tenían que tener el sello exclusivo de Peña Nieto.
Hasta que apareció una tarde de principios del mes, --el compadre de Manlio Fabio Beltrones--, el líder cenopista Emilio Gamboa Patrón a enseñar ciertos documentos bancarios donde figura la progenitora de Luis Videgaray como ejecutiva del banco español Santander, sitio donde se realizaron elevadas operaciones del brutal endeudamiento del gobierno estatal mexiquense que heredó Eruviel Ávila. Cada hombre tiene secretos que él mismo ignora.
El alumno distinguido de Fernando Gutiérrez Barrios, le dio curso a la lección bien aprendida, sobre la información es poder y, vaya manera de ejercer el privilegio de advertir que se tiene el conocimiento de algo que debió de ocultarse.
El fantasma de la caída de Humberto Moreira se hizo presente y ahora saben los prepotentes y soberbios peñistas que hay otros jefes de la famiglia priísta.
Son otras las cuotas priístas que hay que pagar para tener el pinche poder.
Y obviamente se tuvieron que cambiar las listas y ahora figura en primer sitio para la Cámara de Senadores a Emilio Gamboa Patrón y para la Cámara de Diputados el sonorense de Manlio Fabio Beltrones.
Ya entrados en gastos se les entregó al monopolio televisivo posiciones claves en el Congreso de la Unión. Tristán Canales y Jorge Mendoza directivos de Televisión Azteca y Arely Gómez González Blanco, hermana de Leopoldo Gómez, director de noticias de Televisa y que aparece como la principal figura en la coordinación del programa de Tercer Grado, donde aparecen los conductores de los noticieros de Milenio y Televisa.
Para que no hubiera dudas que es el PRI, el único partido político que tiene el control de las televisoras.
Lo ocurrido entre Emilio Gamboa y Luis Videgaray es apenas el principio de este enfrentamiento entre el ejército de los eternos dinosaurios, dueños de todas las mañas, en contra de la inexperiencia y vanidad del pequeño grupo que tenia copado al precandidato presidencial del tricolor.
La mayoría y el control de los priístas está en otro lado, muy lejos del pequeño municipio de Atlacomulco.
En estas nuevas listas tuvieron que aceptar el rechazo de Enrique Peña Nieto sobre sus colegas los exgobernadores señalados como presuntos casos de corrupción y ligas con el crimen organizado, donde figuran Eugenio Hernández Flores, de Tamaulipas; Ulises Ruiz, de Oaxaca y Mario Marín de Puebla.
Humberto Moreira ex líder nacional del PRI pidió no ser considerado por que quiere estudiar una maestría en Historia y el veracruzano Fidel Herrera Beltrán por razones de salud ya que será intervenido en un hospital de los Estados Unidos, tanto del maxilar superior como del inferior.
Al día siguiente que se aprobaron las listas de las codiciadas “pluris” apareció una nueva encuesta donde Josefina Vázquez le pisa los talones al mexiquense Peña Nieto, resultado del acuerdo secreto de Felipe Calderón y Pedro Joaquín Coldwell.
El PRIAN pues, el reparto del poder.