Para aquellos que no creen en la fecha del 21 de diciembre del presente año como un día muy especial para la humanidad del planeta Tierra. Se han registrado muchos avisos previos que están marcando significativamente la difícil supervivencia del hombre. La terrible sequía que confronta la nación, pequeños temblores en sitios de la República Mexicana que se suponía no se encuentran dentro de las fallas de la estructura terráquea.
Versiones de hombres de ciencia que especulan que México confrontará excepcionales movimientos de la naturaleza en las dos últimas semanas de febrero y la primera de marzo.
Existen numerosas interrogantes: ¿Cómo se han interpretado los símbolos del libro de Revelaciones del Nuevo Testamento a través de los siglos? ¿Realmente predijeron los mayas para el 2012 el fin del mundo? ¿En qué fecha anunció Nostradamus que llegaría el fin de los tiempos? ¿Los meteoritos, el calentamiento global y la amenaza de una guerra nuclear son señales que el fin está cerca?
Desde que la humanidad se dio cuenta que había un principio y un fin, se han preguntado si el mundo está destinado a terminarse.
La idea de que el mundo terminará algún día tiene su sentido. Los seres humanos nacen y mueren. Las plantas crecen y se marchitan. Los volcanes surgen con mucha fuerza y luego se apagan.
Hay científicos que estiman que el sol se quedará sin combustible algún día. Como también creen que con los avances espaciales, el hombre llegará a colonizar otro planeta.
Para este columnista, que en numerosas ocasiones ha abordado este tema, puede parecer extraño si no es que imposible, escribir la historia de algo que aún no ha ocurrido. Además debo señalar que si esto ocurriera no habría lectores que comprobaran este trabajo de investigación.
La razón de este escrito es que hay ciertos signos que avizoran que algo puede ocurrir en el presente año.
A la única conclusión que se ha podido llegar es que los buenos siempre encuentran la forma de sobrevivir.

Cuestión de dinero

En el año de 1848, por 15 millones de dólares de aquella época que recibió el gobierno federal y con ello el formal compromiso de dar fin a la guerra de intervención de los Estados Unidos. Se tuvo que ceder en aquella ocasión más de la mitad del territorio nacional y que más de cien mil mexicanos pasaran a ser extranjeros en su propia tierra.
Se quedaron con lo que ya estaba pavimentado con todo y Disney World.
Incluyendo a Hollywood con sus artistas de cine y las doradas playas de Miami. Hasta con el Golden Gate de San Francisco y las prestigiadas universidades de Stanford y Berkley con sus maestros que recibieron premios Nobel en las diversas áreas de la ciencia.
¡Qué poca!

Los amigos de Dante

Algo muy extraño ocurre con lo que fuera el equipo político del senador Dante Delgado Rannauro. Sus grandes amigos se convierten en sus acérrimos contrarios en este quehacer partidista.
Casos como José Guillermo Herrera, Reynaldo Escobar Pérez, Rafael Hernández Villalpando y de esa larga lista ahora aparece Alfredo Tress Jiménez que hasta creó un nuevo partido político “Alternativa Veracruzana” que oficialmente ya está registrado.
Sobre todo, estas personas estuvieron al lado del exgobernador Delgado Rannauro en las épocas malas. Todos ellos plenamente identificados con su ambicioso proyecto político de Convergencia ahora recién bautizado como Movimiento Ciudadano.
Dante Delgado no se le conoce como una persona desagradecida y por regla general nunca hace comentarios negativos. Omite cualquier cuestionamiento, pero sí sorprende estas continuas retiradas del círculo más cercano, este complejo oficio de la política mexicana.

La Iglesia toma partido

Como es posible que el IFE permita que la Iglesia Católica participe de manera abierta y descarada en el proceso electoral del presente año. El exhortar por todos los medios que no deben votar por aquel partido político que permita la despenalización el aborto y las bodas entre personas del mismo sexo.
En una clara referencia a la coalición de los partidos de la izquierda mexicana. Son acciones partidistas que están prohibidas no solo por las normas del Instituto Federal Electoral sino por la propia Constitución. Es una violación del artículo 130 que habla sobre la separación de la iglesia y el estado.
Esto podría polarizar las campañas de los candidatos y si el IFE no mete orden pondría en riesgo la realización de las elecciones.
Deberían los curas colgar sus sotanas y debatir como cualquier ciudadano sus propuestas. Hacerlo al tomar una posición partidista y criticar desde el púlpito y a través de su medio impreso es calificado como una cobardía por los masones veracruzanos, en voz de su líder, Arturo Jaramillo Palomino.