El problema de los exgobernadores priístas no es tanto las averiguaciones previas o las denuncias presentadas en su contra sino la fama pública tan negativa que tienen, no hay uno que se salve.
Lo saben perfectamente Manuel Cavazos, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández de Tamaulipas, que la alerta migratoria en contra de ellos, sus familiares y colaboradores tiene otro trasfondo que va más allá de las supuestas vinculaciones con los cárteles de los narcotraficantes.
El estado de inseguridad y violencia en que se encuentran las ciudades como Tampico, Reynosa, Ciudad Victoria, Matamoros entre otras. No hay un sitio que sea razonablemente habitable. San Fernando, un pequeño poblado que se ha convertido en un gigantesco cementerio de migrantes, civiles y sicarios.
Son 18 años de viejas complicidades, tres sexenios de encubrimientos. Se investiga a los tres exgobernadores por los siguientes delitos: enriquecimiento inexplicable, delitos en contra de la salud y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Estas investigaciones proceden de agencias estadounidenses, son informaciones que fueron comprobadas y entregadas hace tiempo a las autoridades mexicanas.
Y lo mismo que ocurre en Tamaulipas se encuentra con las mismas referencias penales de un reciente pasado en entidades como Oaxaca, Veracruz, Puebla, Sinaloa, Chihuahua y en una gran mayoría de los estados del país, sobre todo aquellas que tuvieron gobiernos priístas.
No hay sociedad estatal que no se encuentre ofendida.
Intentar dar como excusa que estas acciones judiciales tienen que ver con los procesos electorales no se justifica. Las agencias de justicia norteamericanas son las que están aportando las pruebas.
Es tan seria y profunda esta limpia total que han emprendido las autoridades de la PGR, al grado que el propio precandidato Enrique Peña Nieto se deslindó y aseguró que no meterá las manos por nadie. Él sabe como se las han gastado sus colegas de las pasadas administraciones estatales.
No son defendibles en ninguno de los casos, el propio exgobernador mexiquense le pidió a Humberto Moreira que renunciara al liderazgo priísta por que le afectaba seriamente a su proceso electoral.
No hay miramientos hacia los delincuentes.
Lo grave para los candidatos del partido tricolor, es que esto apenas empieza. En varias columnas el veterano Maquiavelo lo había advertido. Felipe Calderón esta administrando los tiempos electorales y lo más fuerte va a ser durante los cierres de las campañas. Vendrán las acciones más peligrosas y rigurosas en contra de sus enemigos políticos.
Así se las gasta el señor presidente.

Cáncer, uno de cada tres

Uno de cada tres mexicanos padecerá algún tipo de cáncer, advirtió el titular de la Secretaria de Salud, Salomón Chertorivski. Sin embargo precisó que el 75 por ciento de estos casos son curables si son detectados oportunamente.
Es la segunda causa de muerte en México después de las enfermedades cardiovasculares. 80 mil casos nuevos se reportan cada año. De próstata el que más afecta a los hombres y de mama y cervicouterino a las mujeres.

La cuenta regresiva

A partir de este día, seis de febrero, empezó la cuenta regresiva sobre la fecha en que se efectuarán las elecciones federales, donde cambiará el Poder Ejecutivo y el Legislativo es exactamente de 145 días. Dentro de 20 semanas se conocerá quien es el nuevo presidente de México.
En este calendario existen varias semanas de ayuno político, donde no se podrán realizar campañas y los candidatos tendrán un tiempo de reposo y podrán cambiar estrategias de acuerdo al posicionamiento e intención del voto. Para esa ocasión lo tendrán perfectamente registrados.
Sin lugar a dudas es una elección tripartita que se reducirá en las últimas semanas a sólo dos contendientes. Es decir uno de los tres sabrá que no tiene posibilidades. Es un fenómeno que se registra en todos los países del planeta, los conservadores o los liberales, los republicanos o los demócratas, la derecha o la izquierda. Lo del centro pasó a la historia.