El gobernador Javier Duarte de Ochoa, el pasado miércoles enfatizó el lado positivo de la información. Pidió a los medios locales destacar las notas importantes y que trascienden en las esferas estatales como las informaciones utilitarias de las fuertes inversiones, el crecimiento económico, la creación de empleos y la permanente construcción de una mejor infraestructura, “Veracruz vive creciendo desarrollo de su vida”. “Yo les pido que defiendan a Veracruz, que de aquí somos, aquí vivimos, que hablen bien de Veracruz, que hablen verdaderamente de lo que está ocurriendo en Veracruz, que está pasando en Veracruz…” Destacó el gobernante que por ser Veracruz uno de los estados más importantes del país, el tercero más poblado y con una posición estratégica, resulta una plaza muy atractiva para las acciones ilícitas.
“ Muchas veces el trago que tenemos que tomar para poder alcanzar el objetivo, es muy amargo; la medicina lamentablemente, no tiene un sabor muy agradable”
En este medio impreso ha sido norma del director general el buscar el lado amable de la noticia, relatar hechos que conduzcan hacia un mejoramiento de la comunidad en que vivimos, en coincidencia con el mensaje del gobernador Duarte de Ochoa. En la pasada edición del viernes, reproducimos las palabras de nuestro director general Pablo Robles Barajas, pronunciadas con motivo de la entrega de preseas a los veracruzanos más destacados en diversas disciplinas como un reconocimiento a la labor positiva desarrollada por estos ciudadanos.
Es el premio a la realización personal dedicada a metas desinteresadas.

Demerito de la fuerza editorial
Juan Francisco Ealy Ortiz, propietario del periódico El Universal, destacó que muchas de las vicisitudes padecidas por los periodistas, “figuran en un buen número de estos delitos cometidos contra comunicadores, tienen como autor intelectual a un funcionario público presumiblemente vinculado con la delincuencia organizada”.
El mismo director de ese medio capitalino afirmó: “me ha tocado escuchar que los periodistas no están hoy dentro de las prioridades del Estado con respecto a la política de seguridad”.
La fuerza editorial se ha demeritado debido al temor que padecen los periodistas, en primer término los que ejercen este oficio en provincia. Como respuesta el presidente Felipe Calderón dijo que “el periodismo libre es un bien público y una conquista ciudadana que debe aquilatarse y protegerse, enriquecerse, y aquilatarse.”
Ojalá fuera así, porque precisamente en este sexenio han muerto cerca de 80 periodistas y hasta el momento no se ha detenido a ninguno de los matones.

Improvisaciones geográficas
El tratar de justificar las violatorias acciones de los militares y marinos a la población civil como algo natural y obligado, por las circunstancias que se viven en la entidad veracruzana, el titular de la Secretaría de seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, tuvo desfavorables comentarios, los veracruzanos estiman que las declaraciones del funcionario estatal no fueron muy afortunadas.
Y mucho menos decir que los que deben estar más nerviosos son los delincuentes y los criminales. Ellos están conscientes del peligro que corren, pero no la sociedad que es la que recibe de manera sorpresiva el grave trastorno emocional de los hechos ocurridos.
Un curso elemental de psicología sería muy adecuado para el funcionario que de manera repetitiva pide que los que se deben adaptar a estas situaciones de extrema violencia son los ciudadanos. Y como única justificación afirmar que “el país entero pasa por esta crisis, el mundo entero y Xalapa y Veracruz no se exentan de ello, el llamado a la población es que participe”.
Si comparamos a Veracruz con Pakistán pues posiblemente se aceptaría, pero que el mundo entero vive esta crisis, qué información tendrá el señor Bermúdez Zurita de este tipo de acontecimientos se repitan en los Estados Unidos, Australia o Ecuador, por mencionar algunas naciones del planeta. Y tampoco del país entero hay estados como Aguascalientes, Querétaro y otros, que no saben de estos hechos de secuestros y arrojos de cadáveres.
El problema de improvisar provoca equivocaciones geográficas.